El anuncio de la Secretaría de Cultura y el Gobierno de la Ciudad de México con los detalles del proyecto «Bosque de Chapultepec: Naturaleza y Cultura», a principios de agosto pasado, no hizo sino atizar las críticas al plan de diversos sectores de la sociedad civil.
Resalta entre ellas el rechazo a colocar un «Pabellón Contemporáneo Mexicano» (PCM) en el sitio de la Primera Sección del Bosque, donde actualmente se encuentra el Jardín Botánico.
Con ánimo de aclarar los señalamientos, el Gobierno de la CDMX emitió un comunicado para asegurar que el Jardín Botánico sería reubicado en la Segunda Sección del Bosque, avivando aún más el debate sobre que se privilegia el concreto sobre la conservación de lo natural.
Pero, el director general del proyecto, Gabriel Orozco, desmiente que el jardín vaya a trasladarse y, con una serie de mapas tomados del Plan Maestro, asegura que será ampliado.
«No se va a reubicar el jardín. Por el contrario, garantizar su buen desarrollo es muy importante. La propuesta es integrarlo mejor a su entorno y restaurar su canal de agua, trabajo aún inconcluso. No hay afectación de área verde, al contrario: la idea es expandirla», respondió Orozco en entrevista vía correo electrónico.
Los mapas provistos por el artista muestran la recuperación de un canal de agua que parte desde un costado del Museo de Arte Moderno, recorre el Jardín Botánico y se detiene en un cuenco de agua cercano a uno de los lagos del bosque.
«Buscamos darle a Chapultepec un jardín botánico digno, ampliado y fortalecido. El sitio de lo que ahora se llama jardín botánico ha sido escuela vial, centro de convivencia infantil y demás, hasta llegar a su estado actual de jardín temático.
«En México y el mundo los jardines botánicos son espacios en donde la naturaleza y el arte coexisten a través de conciertos (como en el Jardín Botánico de la UNAM), o exposiciones y eventos temporales. Esta coexistencia permite a los visitantes recordar la relación entre el ambiente y la cultura, y tener presente que la cultura es producto del medio ambiente en que se desarrolla y que el ambiente es moldeado por la cultura. Este reconocimiento es algo fundamental en el proyecto en general», detalla.
Sobre la nueva estructura que generó la polémica, Orozco promete que todo será realizado con arquitectura que define como «ligera» e integrada a su entorno.
«Se refiere a estructuras con una huella mínima, establecidas sobre zonas ya impactadas y subutilizadas, que complementen el servicio ambiental del entorno inmediato y aporten al ecosistema cultural del área. En nuestro caso se proponen como una alternativa ecológica indispensable ante la predominante arquitectura brutalista tecnocrática que ha impactado desmesuradamente al Bosque, especialmente en las últimas administraciones», critica.
El PCM, según la concepción del Taller Chapultepec, está pensado como un espacio multidisciplinario.
«No pretende ser un museo, sino un pabellón de exposiciones y eventos temporales de cultura y naturaleza, desde diseño sustentable y de paisaje hasta arte y sonido; una especie de invernadero o semillero cultural donde la expresión contemporánea, en esencia interdisciplinaria y con intenso contenido político y ecológico, pueda exponerse en un lugar que no sea un mausoleo, sino un lugar vivo y de encuentro abierto para jóvenes artistas y ambientalistas, que desgraciadamente cuentan con pocos espacios en el país y casi nulas oportunidades en Chapultepec», define.
Al hablar sobre el proyecto, el artista pide que se evalúen las estructuras que se plantean de acuerdo con un proyecto integral y unificador, no como piezas sueltas.
Cuestionado por qué precisamente el PCM habrá de ubicarse en el Jardín Botánico, Orozco responde que, al ser primordialmente cultural la vocación de la Primera Sección, es necesario un espacio que complemente la oferta histórica, de arte mexicano y de arte contemporáneo internacional que ahí existe.
«No hay un espacio dónde exponer las expresiones contemporáneas multidisciplinarias nacionales. Queremos ofrecer ese servicio sobre todo para las nuevas generaciones de artistas de todo tipo que carecen de ese espacio en nuestro circuito histórico de museos en Chapultepec, y así potenciar el capital cultural de esta zona que está fragmentada y desaprovechada y completar este recorrido histórico desde lo prehispánico hasta lo contemporáneo», adelanta.
El concepto de «Pabellón», destaca, será utilizado en otras zonas del Bosque, como el de Cultura Urbana, que se erigirá sobre construcciones abandonadas -como albercas- de la tercera Sección, y el Pabellón Acústico, que estará en el terreno baldío junto al Auditorio Nacional.
«No es casualidad que en muchos casos nuestros pabellones de restauración estén sobre el cemento de estacionamientos desperdiciados, porque de eso está lleno el Bosque. Nuestro plan propone quitar toneladas de cemento vehicular y restaurar ambiental y culturalmente esas zonas», señala al respecto.
Entre las numerosas polémicas que han surgido sobre el Bosque Cultural Chapultepec -y las que faltan-, Gabriel Orozco defiende su proyecto y promete, ante todo, que no habrá afectaciones ecológicas.
Responde a críticas
En entrevista, Gabriel Orozco respondió a los cuestionamientos más recurrentes que se han hecho sobre el proyecto del Bosque de Chapultepec.
Hay una crítica persistente al proyecto que lo califica como centralista, sobre todo por la erogación de recursos que representa y porque están concentrados en una sola ciudad del país. ¿Qué responde a esto? ¿Cómo se justifica esta concentración?
Chapultepec es un bosque de interés nacional y este un esfuerzo de inversión en nuestro patrimonio cultural público. Con esto en mente, el centro de Cultura Ambiental está pensado para mostrar la riqueza biocultural y política ambiental de todo el país. Servirá para exponer los retos que enfrentamos en materia ambiental, así como los esfuerzos e iniciativas que se llevan a cabo a nivel nacional, estatal y comunitario. No existe un espacio tal en el país que se plantee como laboratorio de encuentro de políticas y esfuerzos ambientales, y aquí, por la centralidad de Chapultepec, es en donde puede llegar al mayor número de gente.
Voces críticas del proyecto han pedido que se posponga y que, en este año, a causa de la pandemia de Covid-19, sus recursos sean usados para apoyar a proyectos culturales de todo el país en riesgo de desaparición. ¿Qué opina al respecto? ¿Por qué se ha decidido mejor continuar con el proyecto?
La pandemia mundial aceleró dramáticamente el proceso de crisis cultural que se venía gestando con la erosión del espacio ecológico público. Es un hecho que el neoliberalismo y el corporativismo han sido especialmente depredadores de nuestros recursos ecológicos y patrimoniales.
Chapultepec se propone como una alternativa de reactivación cultural y económica sustentable y un espacio de salud pública, y nuestro plan maestro pretende ayudar a incrementar los recursos para la cultura. La crisis de salubridad supone un enorme reto, pero sobre todo aumenta nuestro sentido de responsabilidad y refuerza nuestra convicción de que en arquitectura menos es más, y que en cultura y medio ambiente, mucho es poco.
Algunas obras de infraestructura, como las calzadas peatonales y la nueva sede de la Cineteca han sido criticadas como obras que agregan «concreto» al ecosistema de Chapultepec, en lugar de encontrar soluciones menos invasivas. ¿Cree que alteran de alguna forma, negativamente, el entorno natural?
Nada de eso. El proyecto es de rehabilitación ecológica y entre sus objetivos está el impulsar tecnologías sustentables y nuevas maneras de pensar la construcción y restauración que sirvan de ejemplo por su integración al paisaje y a su huella positiva. Nuestro plan maestro no parte de cero, hay muchos diagnósticos, planes maestros anteriores revisados y refutados, cientos de páginas de estudios realizados y consultados. Es además consistente con el Programa de Manejo actual, que data de 2006 y debió ser actualizado hace por lo menos 5 años, cosa que ahora seguramente sucederá.
Nuestro equipo de trabajo conoce, reconoce y respeta los valores históricos, culturales, recreativos y ambientales del Bosque, y con el Consejo Rector aseguramos que los proyectos cumplan con la normatividad del Bosque. La mayor intervención en Chapultepec se hizo con López Obrador como Jefe de Gobierno de la CDMX y Claudia Sheinbaum como Secretaria de Medio Ambiente. Eso fue un punto de partida y ahora, con la aportación de Alejandra Frausto en la Secretaría de Cultura y el apoyo de la Secretaría de la Defensa Nacional planeamos defenderlo, protegerlo y devolverlo multiplicado a su máxima potencia como espacio público.
Plantean concurso público
La Segunda Sección del Bosque de Chapultepec, según plantea el Plan Maestro, contará con un corredor de «educación ambiental» que será realizado a partir de un concurso público.
«Nuestra propuesta es que esto se realice de manera abierta y participativa, a través de un concurso donde los especialistas nacionales serán convocados a proponer ideas», apunta Gabriel Orozco.
La intención de este corredor, aseguró, es intervenir esa parte de Chapultepec de modo que recupere su ambiente original.
«Que permita sanear esa sección, que es por mucho la más impactada del Bosque, a la que más cemento le han metido en los últimos años», criticó.
Sin especificar cuándo se darán a conocer las bases para participar en el concurso, adelantó que se planea la interconexión de los espacios existentes y el mejoramiento de sus condiciones naturales.
«La creación de este circuito permitirá no sólo tener un jardín botánico cuatro veces más grande que el existente, sino restaurar ecológicamente la zona e integrar los espacios adyacentes en un gran centro de cultura ambiental nacional, incluyendo el Cárcamo de Dolores, el Museo de Historia Natural y un Lago Menor restaurado ecológicamente», proyectó.