Naciones Unidas, Alemania y Estados Unidos llamaron este martes a Armenia y Azerbaiyán a declarar un alto al fuego, tras días de combates armados en los que han muerto casi 100 personas.
También hoy, ambos países se acusaron de lanzar ataques contra sus territorios por tercer día consecutivo.
La alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, expresó su preocupación por las tensiones por el control de la disputada región de Nagorno-Karabaj.
«Estoy consternada por las informaciones respecto a los muertos y a los heridos civiles, así como por la destrucción de propiedades e infraestructuras», señaló en un comunicado en el que pidió un cese al fuego inmediato y respetar las leyes internacionales.
La Canciller alemana, Angela Merkel, replicó el llamado de Bachelet para que se declare un alto a las hostilidades y se restablezcan negociaciones.
Merkel habló el lunes con el Primer Ministro de Armenia, Nikol Pashinyan, y con el Presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, para discutir la situación, informó un vocero de la Canciller.
Por su parte, el Secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, instó a las partes a contribuir a una solución pacífica para evitar un gran conflicto en el Cáucaso.
«El Ministro de Exteriores (griego) y yo abordamos el conflicto en Nagorno-Karabaj, donde ambas partes tienen que parar la violencia, trabajar con el Grupo de Minsk y volver a las negociaciones reales lo más rápido posible», dijo Pompeo en Creta durante el segundo día de su visita a Grecia, en referencia a la reunión que mantuvo con su homólogo, Nikos Dendias.
El Ministerio de Defensa de Azerbaiyán denunció hoy que fuerzas de Armenia cañonearon la región azerbaiyana de Dashkesan, mientras que funcionarios de Armenia denunciaron que fuerzas azerbaiyanas abrieron fuego contra una unidad militar en Vardenis, un poblado al oeste de Nagorno-Karabaj, incendiando un autobús y dejando muerto a un civil.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Armenia afirmó que «niega completamente» los reportes de cañoneos en la región de Dashkesan.
Afirmó que Azerbaiyán está tratando de «ampliar la geografía de las hostilidades incluyendo la agresión contra la República de Armenia».
Los dos días pasados han sido de intentos combates en que decenas de soldados han muerto o resultado heridos. El Ministerio de Defensa de Nagorno-Karabaj reportó que hasta ahora han muerto 84 militares.
El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, declaró el martes que por su bando 10 civiles habían perecido y docenas más resultaron heridos. No habló de las bajas en el sector militar.
Azerbaiyán lanzó el domingo una «contraofensiva» en respuesta a los ataques que, según aseguró, Armenia efectuó a ese día contra posiciones azerbaiyanas y asentamientos civiles.
Armenia y Azerbaiyán se encuentran técnicamente en estado de guerra desde 1991, si bien en 1994 firmaron un alto el fuego.
El conflicto se remonta a los tiempos de la Unión Soviética, cuando a finales de la década de los 80 el territorio azerbaiyano de Nagorno-Karabaj, poblado mayoritariamente por armenios, pidió su incorporación a la vecina Armenia, tras lo cual estalló una guerra que causó unos 25 mil muertos.