Tras realizarse múltiples pruebas de covid y superar numerosos obstáculos administrativos, el joven director mexicano Bruno Santamaría logró los permisos necesarios para tomar un vuelo desde México y llegar al Festival de Biarritz (Francia) para presentar por primera vez en una sala de cine y por primera vez en persona, su documental “Cosas que no hacemos”, una cinta sobre las dificultades de ser aceptado como gay en una pequeña comunidad rural mexicana que causó un hondo impacto en el festival.
“Es un milagro que haya llegado a Biarritz”, comentaron los programadores del Festival exclusivo de cine latinoamericano del puerto vascofrancés, suroeste, al presentar esta mañana lluviosa el estreno de la cinta en Europa.
“Me decían que no, que estaba muy difícil y fue obsesionarme y mandar todas las cartas, todos los correos que pude, y hacerme ochenta mil pruebas de covid y pedir el apoyo del Ifal, el Instituto de cine de Francia en México y al final, lo logré”, comentó a Milenio Bruno Santamaría.
El cineasta, egresado del CCC, afirmó que luchó por venir a Francia porque moría de ganas por ver la reacción del público a su película en una sala de cine.
“Es la primera vez que yo la veo en una sala de cine y por eso fue la necedad de poder llegar aquí, para ver cómo respira la gente, y fue rebonito”, comentó.
“La invitación de Biarritz me pareció además muy amorosa. Sentí una conexión muy fuerte con sus palabras”, añadió Santamaría sobre sus motivaciones para cruzar el charco en tiempos de pandemia.
LA HOMOFOBIA
El documental sobre la historia de un joven de la comunidad remota de el Roblito, ubicada en el Estado de Nayarit, y de 200 habitantes, que quiere vestirse de mujer y le pide permiso a sus padres, impactó en su primer pase en el Casino de Biarritz, donde fue muy ovacionada y generó debate.
“Vestirse de mujer y nacer con órganos sexuales masculinos llama mucho la atención para la comunidad e implica burlas, amenazas…” comentó Santamaría sobre su película, que fue seleccionada en competencia por el premio al Mejor Documental en la 29 edición del festival del puerto vascofrancés, suroeste.
“No es sencillo salir del closet, aunque haya una fiesta o se gane un concurso de belleza. Vienen una serie de cosas terribles por lo difícil que es que alguien decida vestirse de mujer” agregó el director sobre “el sueño” del joven Arturo en transformarse en Dayanara, protagonista de su película.
“Hay un montón de homofobia y de transfobia en el mundo y en México” subrayó el realizador, quien pasó miedo en algunos momentos del rodaje de tres años en el poblado, que incluye una balacera, pero decidió no abandonarlo.
La película tenía que haberse estrenado en marzo, pero la pandemia truncó su recorrido.
Desde entonces ha circulado “online” por numerosos festivales internacionales de Canadá, Uruguay, Reino Unido, Perú y también en el Festival de Guanajuato, entre muchos otros, e incluso ganó el premio al Mejor Documental en el Festival de Lima, Perú.
FIDEICOMISOS
Más allá de su documental y pese a estar lejos de México, Santamaría reaccionó a la extinción de los fideicomisos como el Fidecine votada en las últimas horas en México.
“Es una cosa atroz, creo que para la industria del cine en general”, dijo.