
Con un estricto protocolo sanitario, la feligresía católica regresó a las misas presenciales en las diversas parroquias y capillas de Ramos Arizpe.
“Gracias a Dios que podemos visitarlo en su casa, es algo muy bonito que cada quien llevamos en el corazón sobre todo en estos momentos tan difíciles”, dijo María Guadalupe Hernández, asistente a la homilía del mediodía en la Parroquia de San Nicolás de Tolentino.
En apego a las disposiciones emitidas por el Subcomité Técnico Regional Covid-19 Sureste, y de la Diócesis de Saltillo, solo se permitió el ingreso del 25 por ciento de la capacidad disponible en cada centro religioso.
Voluntarios participaron en la toma de temperatura, aplicación de gel antibacterial, y el acomodo para garantizar la sana distancia de metro y medio en cada butaca.
“Me da mucho gusto verlos, aunque sea a los ojos”, dijo el párroco de San Nicolás de Tolentino, Roberto Velázquez Tetatzin, al iniciar la misa que fue ofrecida para los niños y adultos mayores que aún están impedidos para ingresar a los recintos religiosos.
Contrario a lo esperado, la demanda de asistentes fue regular por lo que fue posible mantener amplios espacios entre las personas.
“Tras la pandemia, pedimos por la salud en cuerpo, alma y espíritu para estar fortalecidos. Y nos ponemos en manos de Dios a la espera de que pronto ya descubran la vacuna”, destacó el sacerdote.
En la Parroquia de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos hubo una asistencia ordenada, con base a las citas telefónicas agendadas a lo largo de la semana.