La presencia de los inmigrantes que se refugian en las instalaciones del “Museo de la Estación” se ha convertido en un problema para los vecinos de sectores aledaños, quienes han sido víctimas de robos por parte de este grupo que, además, mantiene un consumo frecuente de drogas y alcohol.
Durante los últimos meses aumentó la llegada de jóvenes procedentes, en su mayoría, de Centroamérica quienes se apoderaron del inmueble que colinda con las vías del tren y con decenas de casas en las que habitan niños y adultos mayores.
“Los niños no pueden ir hasta al fondo porque ahí están todos, a veces con mujeres, y nomás vemos las botellas de cerveza y de Resistol. Tenemos miedo de que en cualquier rato ataquen a alguien, sobre todo porque se han metido a varias casas para robar”, denunció María Isabel López, vecina de las casas que están sobre las vías del tren.
Francisco Herrera Orozco, propietario de un taller mecánico localizado sobre la calle Zaragoza a escasos metros del “Museo de la Estación” confirmó que, en los últimos tres meses, fue víctima del robo de equipo de soldadura y otros materiales de trabajo.
“Tuvimos que colocar malla ciclónica, que está preparándose para que sea eléctrica, porque se nos brincan la barda, y ya se llevaron taladro, pulidor, pistolas de impacto. Anoche robaron aquí enfrente, que es casa de mis padres, se llevaron materiales de unos albañiles, y ahí dejaron un bote de Resistol”.
Entre los vecinos existe una marcada desesperación por lo que demandan la intervención de las autoridades para frenar esta problemática social.
“Queremos ponerle algunos bloques o ver la forma de cómo cerrarle ahí para que ya no se pasen, pero tampoco podemos hacer mucho porque es propiedad del Municipio. Sabemos que están en una situación difícil, pero nosotros estamos peor porque en cualquier momento nos roban, o nos atacan, así como andan drogados o borrachos”, dijo Juanita González, otra de las habitantes de “La Estación”.