Para integrantes de la comunidad LGBT y especialistas, el pronunciamiento del Papa Francisco en favor de las uniones civiles homosexuales representa un paso pequeño en la apertura de la Iglesia católica.
‘Se queda corto’
El profesor investigador Manuel Méndez, quien reside en Puebla y lleva 13 años de relación con Jorge Aldana, criticó que en su discurso el Pontífice no haya hablado del reconocimiento al derecho al matrimonio y a la adopción homoparental
«En apariencia es un discurso progresista que se enmarca en el reconocimiento de los derechos humanos, pero se queda corto», opinó en entrevista con REFORMA.
Méndez señaló que en realidad la Iglesia pretende preservar la figura del matrimonio exclusivamente para uniones heterosexuales.
«El discurso de los derechos humanos, si uno lo lee con pincitas, en realidad puede ser un discurso bien tramposo porque muchas veces el problema con eso es que aparentemente reconoce derechos, pero al mismo tiempo condiciona el ejercicio de esos mismo derechos», expresó.
«A mí me causa cierto recelo porque hablan, insisten, en el tema de las uniones civiles, siguen apelando a la creación de otras figuras jurídicas que pueden estar perpetuando el tema de exclusión, o sea, dicen ‘tengan sus uniones civiles, pero finalmente el matrimonio es una cosa que sigue siendo privativa de la lógica y de la práctica de la institución católica'».
Sin embargo, resaltó que este tipo de declaraciones por parte del líder de la Iglesia generan un impacto mediático y simbólico que ponen en el debate temas prioritarios que suelen ser invisibilizados.
Contra discursos de odio
Manuel Solana, de Oaxaca y quien lleva dos años de pareja con Ernesto Alcántara, dijo que aunque el dicho del Papa es un avance, no será fácil destruir la homofobia en la sociedad.
«Lamentablemente destruir un prejuicio y todo este imaginario social homofóbico, machista, ya está arraigado, heredado por muchos siglos, desmontarlo por lo que diga un Papa es difícil», comentó.
Sin embargo, consideró que estas declaraciones sirven para combatir los discursos de odio de los grupos conservadores al interior de la propia Iglesia.
«Yo creo que puede abonar bastante a cambiar este imaginario que los grupos provida, o grupos antiderechos, que se organizan para luchar de una manera muy agresiva en contra de los derechos de las personas LGBT o de las mujeres», expresó.
«Por ahí podemos agarrarnos los movimientos críticos dentro de la Iglesia y decirles a los jerarcas que su discurso está siendo desfasado, incluso su líder máximo ya tiene un discurso mucho más de avanzada y ellos están desentonando con eso».
Resaltan modernidad
Aaron Caudillo, originario de Veracruz y pareja de Alan Lobato desde hace tres años, destacó que la Iglesia comience a modernizar su postura sobre estos temas y planteó la posibilidad de que se permita el matrimonio católico para personas del mismo sexo
«Ambos somos católicos por nuestras familias, creemos en Dios, y creo que es tiempo de que la Iglesia cambie ciertos preceptos basados en ideas muy arcaicas y se modernice con base en lo que es la sociedad actual», dijo.
«Nos gustaría saber la postura que tiene él (Papa) como líder de la Iglesia católica y el respaldo de la misma para, tal vez en un futuro, poder tener matrimonio católico de parejas del mismo sexo».
‘No hay cambio real’
Para el veracruzano Antonio Torres, quien actualmente vive en Chaco, Argentina, con su esposo Hernán, los dichos del Papa Francisco son como los de cualquier otro ciudadano, pues nada cambiará al interior de la Iglesia.
«Es una postura que no genera ningún cambio en el ámbito en el que se maneja el Papa, el ámbito religioso, es como decir ‘sí los respetamos, pero igual no entran al reino de los cielos’, entonces, la comunidad debería dejar de esperar esta aceptación por parte de una institución que no va a aceptar nuestro modo de vida como digno para ellos», señaló.
«En el ámbito religioso las cosas siguen siendo igual, el juicio sigue el mismo, la condenación sigue siendo exactamente la misma, no hay ningún cambio realmente».
Ven innecesario el aval
Mientras que Edith Carrillo, quien vive en Baja California Sur y está casada con Alejandra desde hace cuatro años, dijo que las parejas del mismo sexo no necesitan la aprobación de un líder religioso para merecer un trato digno.
«Me da gusto que por fin alguien con esa representación en la religión católica diga algo coherente, pero dijo algo que siempre hemos sabido, que los homosexuales tenemos derecho a tener una familia, o sea, sin él o con él tenemos derechos, qué bien que lo diga, pero qué triste que un personaje que representa una religión diga algo tan obvio», expresó.
«Qué mal que sea dos siglos después esta postura, y que alguien venga a decirnos qué es lo que está bien y qué es lo qué está mal, siempre hemos tenido derechos a una familia, a un trato digno».
‘Un pasito de justicia’
Aún para personas no creyentes de la comunidad LGBT, el respaldo que el Papa Francisco hizo a las uniones civiles entre personas del mismo sexo es considerado un acercamiento a la justicia.
«Qué bueno que lo ha dicho el Papa, en su condición de líder de una Iglesia que todavía a nivel mundial tiene una gran influencia y que seguramente hay muchísima gente creyente que forma parte de la comunidad LGBT», comentó Rocío Rea, quien lleva casada 7 años con su pareja del mismo sexo.
«Supongo que para ellos es muy importante que su líder nos haga un pasito de justicia, al visibilizar por lo menos la necesidad de compartir todos los mismos derechos».
Confió en que las declaraciones del Papa ayuden a matizar las negaciones que aún prevalecen en las familias católicas.
«Que desde la voz del Papa se pueda convertir en un discurso de tolerancia, de aceptación y de inclusión», señaló.
‘Es un paso muy pequeño’
La declaración del Papa Francisco en favor de legalizar la unión civil de parejas del mismo sexo fue considerada un avance por creadores y activistas, pero advirtieron el contexto de informalidad, incluso de confusión en el que se produjo.
Más allá del plano personal, que permitirá referir estos dichos del Papa para contrarrestar, por ejemplo, la homofobia entre los integrantes de algunas familias, no cambiaron las reglas del catolicismo para que la homosexualidad no sea un pecado, consideró el artista David Gremard.
«Si él cree que no hay que rechazar las uniones civiles o a la gente gay, el otro paso lógico es aceptar a sacerdotes gay, matrimonios gay, mujeres que ejerzan el sacerdocio», planteó.
«Es un paso muy pequeño, pero es mejor que no darlo o darlo hacia atrás».
Ernesto Montes de Oca, secretario de la asociación civil Fuera del Clóset, recordó las recientes expresiones del obispo Ramón Castro Castro, quien aseguró que la pandemia de Covid-19 es un «grito de Dios» a la humanidad por el «desorden social», en el que incluyó la homosexualidad.
«(La declaración) puede mandar un mensaje a los jerarcas católicos mexicanos, que tienen posiciones tan cerradas, tan homofóbicas, pero ha tardado mucho. El siglo 21 llegó hace 21 años y Francisco es Papa desde 2013», lamentó.
El artista Ulises Vaquerano, advirtió que el Vaticano no ha manifestado una postura oficial respecto a las declaraciones del Papa Francisco.
«Ha sido más bien un mensaje a los católicos ortodoxos, para decirles que no echen (a los homosexuales) de su familia, de la familia instituida», apuntó.