“Desde enero para acá empezó mi hijo su tratamiento mensual de quimioterapias, pero la mera verdad, si no ha sido por la Asociación Sonrisa, su tratamiento no lo habría llevado a tiempo, en el IMSS nunca lo han tenido”.
Son las palabras de una madre de familia que atraviesa por una de las peores situaciones que una mujer puede enfrentar: tener un hijo enfermo de cáncer.
Cecilia Chávez es madre de Alexander Flores Chávez, quien tiene 11 años de edad y desde hace dos años le diagnosticaron cáncer germinal, sin embargo, apenas en enero requirió quimioterapias y radioterapias.
“Empezó en la época más dura en que ya había desabasto de medicamentos, y la mera verdad si no fuera por la Asociación, mi hijo se habría retrasado mucho con el tratamiento, mes tras mes, la asociación me consiguió los tratamientos”.
Indicó que, en el primer mes, era solo un tratamiento el que no tenía el IMSS, pero para el segundo mes ya eran dos tratamientos los que no tenía.
“Imagínese, hay niños que ocupan hasta 15 medicamentos y si no los tiene el seguro, de dónde van a sacar los papás tanto dinero, esos no son medicamentos baratos, son muy caros”.
Otro problema que han enfrentado los padres de familia y también las asociaciones, es que las farmacéuticas o los fabricantes dispararon los precios de los tratamientos ante el desabasto que inició desde octubre del 2019 y que hasta la fecha no se ha normalizado.
“Los primeros tratamientos me los consiguió el primero en 100 o 200 pesos, pero para la siguiente ocasión ya estaba en 3 y 4 mil pesos, el mismo medicamento con la misma dosis y todo”.
Cecilia hace un llamado al gobierno federal para que normalice cuanto antes esta situación, ya que el cáncer es una enfermedad agresiva y mortal si no se trata a tiempo, por eso los niños requieren obligadamente contar con sus tratamientos el día indicado por el especialista.
“Dicen en el IMSS que no hay desabasto, yo los invito a darse una vuelta por la clínica 25, para que vean cuántos niños van y se regresan sin sus quimioterapias, es muy triste y difícil, porque todo eso para nosotros representa gastos y tiempo invertidos y luego para llegar y que el seguro no tenga los tratamientos, ni todo lo que incomodamos a nuestros niños que ya de por sí se sienten mal”.