Estados Unidos llega este martes a su elección presidencial en medio de incertidumbre, no sólo por quién será el ganador de la votación, sino por el proceso mismo.
La preeminencia de la votación por correo, a raíz de la pandemia del nuevo coronavirus, ha levantado alertas sobre si las boletas serán contadas completamente, cuándo se conocerán los resultados, y si la elección terminará ante la Corte Suprema, como ocurrió en 2000.
En el país vecino reina un ambiente tenso y polarizado.
Hace una semana, ambos partidos ya habían interpuesto 400 demandas en casi todos los estados, de acuerdo con un conteo de The New York Times.
Mientras los demócratas defienden que las boletas enviadas hasta hoy sean recibidas y contadas en los días posteriores, los republicanos exigen lo contrario.
Extensiones del plazo de votación dieron lugar a peleas judiciales en los estados clave de Pensilvania, Minnesota y Carolina del Norte, mismos que podrían decidir la elección.
En sus últimos días de campaña en entidades clave, Trump criticó que algunos estados permitan recibir y contar boletas que continúen llegando por correo pasado este martes.
«La elección debe terminar el 3 de noviembre», tuiteó el Presidente Donald Trump.
Además de los retos legales, el conteo de los votos podría tardar más tiempo.
Estados como Arizona, Carolina del Norte y Georgia podrían reportar la mayoría de los resultados hoy mismo, pero si las carreras permanecen muy cerradas, podrían pasar días antes de que haya un claro ganador.
La posibilidad de una elección disputada es de sólo 4 por ciento, de acuerdo con las proyecciones del sitio FiveThirtyEight, ya que la mayoría de las encuestas no muestran una carrera cerrada. Sin embargo, no es imposible.
La diferencia en el conteo de votos presenciales y los votos por correo podría llevar a algún candidato a proclamar victoria antes de tiempo.
La clave: Pensilvania
Analistas ven como posible punto de quiebre Pensilvania, donde ambos candidatos centraron sus campañas los últimos días. Según el modelo de FiveThirtyEight, ese estado puede amarrar el triunfo para Joe Biden o revivir las posibilidades de Trump.
Algo que complica la elección en la entidad fue la decisión de un juez a inicios de octubre de anular todas las boletas que no sean enviadas en un sobre especial. Los demócratas estiman que 100 mil votos podrían perderse con esta medida.
Especialistas advierten que, sobre todo, en Pensilvania podría darse un «espejismo rojo», pues el conteo de votos en persona favorecería al republicano, mientras que el enviado por correspondencia -que se conocería más tarde- voltearía la balanza hacia Joe Biden.
Este año, la elección comenzó temprano: hasta hoy cerca de 95 millones de personas ya habían emitido su voto. Y, con alguno de estos escenarios, también podría terminar mucho después