Por: Héctor M. Rodríguez
CUANDO VINO EL DR IQ A MONCLOVA
Aquella noche era muy especial para mí a los 12 años, pues me habían pedido mis padres me pusiera ropa especial (como domingo) porque iríamos a ver en persona al Dr. I.Q. que se había hecho famoso todos los martes por la XEW a las 9 de la noche.
El cine Reforma estaba lleno de personas que tenían expectación por ver a ese hombre de pelo blanco que hacía preguntas al público y si contestaban acertadamente recibían cantidades importantes en ese tiempo.
En la sala colocó a cuatro locutores locales de los que solo recuerdo a uno Don Melchor Sánchez Dovalina (QEPD) que era un estimado joven orgulloso de participar.
Uno colocado en la parte baja del cine, del lado izquierdo otro derecha e igual en la parte alta de la sala y empezaba “abajo a mi izquierda aquí tenemos un caballero doctor, arriba a mi derecha aquí tenemos a una dama doctor”
Pero ¿quién era el Dr. I.Q.? He aquí su historia
Jorge Marrón Erostarbe
Nació el 10 de abril de 1903, en el Puerto de Veracruz y falleció el 5 de septiembre de 1977, con 74 años de edad.
Fue conductor, locutor y actor secundario; pionero en los programas de concursos en la radio y televisión de México.
Aportó una gran cantidad de tiempo de transmisión radiofónica y gracias a su lengua “periquera” maravilló a la gente sin tropezón alguno, sin equívocos y era capaz de hacerlo una y otra vez.
Primer locutor comercial de la XEB antes CYB, una de las primeras voces que surcaron los aires de la Ciudad de México.
El Doctor I.Q.
Se dio a conocer durante la década de los años 50 y 60 con la emisión de su programa de radio y televisión siendo ya un hombre de edad avanzada.
Gracias a la brillante personalidad del conductor, este programa alcanzó altos niveles de audiencia y popularidad, su presentación fue: Jorge, servidor, Marrón de ustedes.
La dinámica del programa, consistía en lanzar preguntas capciosas, acertijos y trabalenguas al público para poder ganar una cierta cantidad dinero en efectivo, con ayuda de los edecanes distribuidas en el público se elegían los participantes.
Pionero de la radiodifusión en México inició su carrera en 1924 con el señor Raúl Azcárraga, juntos hicieron la primera radiodifusora del país. Fue maestro de ceremonias durante muchos años en el centro nocturno «El Patio». En 1941 surgió su famoso programa «El Dr. I.Q.» mismo que se transmitió 36 años consecutivamente. Además, cursó estudios en Filosofía y Letras. Fue socio fundador de la Asociación Nacional de Locutores (Soto, 2006).
Jorge Marrón era un joven locutor Veracruzano que crecía profesionalmente de la mano de las importantes radiodifusoras mexicanas: XEB, XEW, XEQ y posteriormente la XEX; gracias a la brillante personalidad que tenía, la emisión del Dr. I.Q. alcanzó altos niveles de audiencia en los años cincuenta y sesenta, con cerca del setenta por ciento de los radioescuchas en México (Moreno, 2003).
El Dr. IQ, era hombre de cabello ondulado, totalmente blanco, con lentes de amplios cristales, de hablar rápido y preciso, dando siempre la impresión de gran agilidad mental y hacía permanente despliegue de ingenio. Primero en la radio y después por televisión, se transmitía el programa del Dr. IQ, quien se presentaba diciendo– Jorge, servidor; Marrón de ustedes– que ese era su nombre (Mendoza, 2013).
El Dr. IQ decía:
–Por la fabulosa cantidad de 150 pesos contésteme la siguiente pregunta: Tengo 150 sillas y siento 50 monos. ¿Cuántas sillas quedan vacías?
–¿Ninguna, Doctor?
–No. Fíjese bien en la pregunta. Repito: Tengo 150 sillas y siento 50 monos. ¿Cuántas sillas quedan vacías?
–¿Cien, Doctor?
–¡Peeerfectamente bien contestado! Porque si siento a 50 monos me quedan cien sillas sin monos sentados en ellas…
El señor Marrón era dueño de una impactante personalidad pues se trataba de un hombre entre maduro y viejo, muy alto, de gran cabellera inmaculadamente blanca y de mirada penetrante que denotaba plena inteligencia.
Cuando patrocinado por la compañía Mars, S.A., fabricante de los famosos chocolates Milky Way se presentaba el DR. I.Q. en el escenario del Teatro Alameda o en cualquier otro, en la Ciudad de México o en cualquier otra, con Jorge Manrique a su diestra y don Oscar Azcué a su siniestra.
Inolvidables recuerdos de nuestra infancia.
Hasta la próxima
Si el Señor lo permite.