Para converger con los países desarrollados, México debe cambiar su estrategia de crecimiento basada en combustibles fósiles, recomendó Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía 2001.
Señaló que la convergencia entre países desarrollados y en desarrollo se ha detenido debido a que los modelos basados en las manufacturas y explotación de recursos naturales están llegando a su fin.
«Los países como México tienen que darse cuenta de lo importantes que son estos cambios, y esto significa que algunos de los modelos que eran buenos en el pasado pueden no llevar a un éxito sostenible en el futuro.
«El mundo se está moviendo lejos del carbono y los bienes más importantes de México han sido los bienes del carbono», dijo durante la Convención Nacional del Instituto Mexicano de Ejecutivos en Finanzas (IMEF).
Stiglitz refirió que muchos países se han comprometido a descarbonizar sus economías, por lo que en el futuro los combustibles fósiles valdrán menos que en el presente, lo que, en naciones como México, presionará las finanzas públicas y la capacidad de gasto.
«México tiene que desarrollar un sistema impositivo robusto. Este ingreso de los combustibles fósiles va a desaparecer y no puede tener una sociedad exitosa con el pequeño ingreso que tienen de impuestos. Su economía va a tener que cambiar esto», indicó.
De igual forma, explicó que México debe de dejar de depender tanto de Estados Unidos, al mismo tiempo en que aprovecha los conflictos comerciales de China con el mundo occidental.
«Hay un riesgo significativo de una nueva ‘Guerra Fría’ entre China y Estados Unidos, y entre China y el mundo occidental, que promueve los derechos humanos. México puede beneficiarse de esto, de su cercanía con Estados Unidos, de su mano de obra barata», afirmó.
Finalmente, sobre la respuesta del Gobierno mexicano para abordar la crisis del Covid-19, Stiglitz expresó que se requiere mayor flexibilidad presupuestaria para reasignar recursos específicos al sector salud y el sector económico para detonar el crecimiento.