Por Fabiola Sánchez
A nueve meses de la tragedia por feminicidio que marcó la casa de la maestra “Chayito”, hasta el día de hoy continúa deshabitada, dejando un gran suspenso en la calle 16 de septiembre de la colonia Las Flores.
Fue el 24 de enero que la señora María del Rosario Colunga Palafox, de 56 años, fue vista por última vez por sus vecinos tendiendo ropa en la planta alta del domicilio que habitaban ella y su pareja sentimental Ramón Flores Garza.
Vecinos de la casa donde se cometieron aterrorizantes hechos aún recuerdan ese día, quienes relatan que observaron a la maestra Chayito en la azotea lavando ropa.
Indicaron que minutos después de verla se escucharon unos gritos desde esa vivienda, no hicieron nada porque esto solía suceder frecuentemente y no imaginaron que en la casa con numero 1108 algo peor sucedía.
Una vecina de este domicilio mencionó que después ya no se volvió a ver a Rosario Colunga, por lo que imaginó que se había regresado a su ciudad de origen, y ante la timidez que tenían con la pareja, no interrogaron nada.
Tres semanas después, señalan los vecinos, observaron gran movilización policiaca en el lugar desconociendo qué sucedía, para luego ser informados de la terrorífica noticia que Ramón Flores había privado de la vida a Rosario.
Al interior del domicilio las autoridades encontraron, en un área que se usaba de almacenamiento, el cuerpo de Chayito envuelto en bolsas de plástico negras, las cuales se encontraban rociada de químicos mismo que no permitieron que el putrefacto olor del cuerpo sin vida saliera de la casa.
La versión dada por las autoridades fue que el asesino dio por lo menos cuatro golpes en la cabeza a su víctima con un bate, sin embargo, se argumentó que fue violentada sexualmente, incluso después de muerta.
Una vez arrestado, Ramón fue puesto a disposición de la Fiscalía General del Estado y hasta este pasado 18 de noviembre se le dictó sentencia de 40 años de prisión por el delito de feminicidio.
“La casa fue marcada para siempre y es muy difícil que alguien se atreva habitarla después de tan macabras escenas que pudieron haber sucedido en el interior”, así lo dijo una vecina.