Diego Armando Maradona falleció esta mañana en su domicilio luego de sufrir un paro respiratorio.
A los 60 años, el astro mundial perdió la batalla luego de que su salud se deterioró en las últimas semanas cuando fue operado de un hematoma en la cabeza.
Alrededor de las 13:00 horas, tiempo de Buenos Aires, algunos medios locales informaron que había sufrido un paro cardíaco en su domicilio de la provincia de Buenos Aires y que al menos cuatro ambulancias se dirigieron a su vivienda.
El deceso fue anunciado poco después por el canal Todo Noticias, que aseguró que había hablado con Matías Morla, agente y amigo de Maradona.
El entrenador de 60 años estuvo a principios de noviembre 10 días internado en una clínica de Buenos Aires por anemia, deshidratación y con un «bajón anímico», pero al hacerle chequeos se le diagnosticó un hematoma subdural por el que fue operado.
Ya no pudo regresar a dirigir a Gimnasia y finalmente perdió la batalla tras varias descompensaciones en su cuerpo.
Diego jamás pudo superar sus problemas de adicciones y tampoco el sobrepeso que trató de resolver con una operación en el estómago.
Maradona estaba bajo la custodia de sus hijas Giannina y Dalma.
El mítico 10 ganó el campeonato del Mundo en México 1986, el subcampeonato en 1990 y el Mundial Juvenil en 1979.
Su último partido con la Albiceleste fue el 25 de junio de 1994 cuando fue suspendido por dopaje.
Jugó para equipos como Argentinos Juniors, Boca Juniors, Barcelona, Napoli, Sevilla y Newell’s.
A su retiro abrazó la carrera de entrenador dirigiendo a clubes como Mandiyu, Racing Club, Al Wasl, Al Fujarai SC, Dorados de Sinaola en México y Gimnasia y Esgrima de La Plata desde 2019.
También estuvo al frente de la Selección Argentina de 2008 al 2010.
Su vida personal empañó su trayectoria deportiva, pues cuando emigró al futbol europeo comenzó con las adicciones a la cocaina, que lo llevaron a tener una serie de altibajos, pues se enroló con la mafia italiana, ya que compartía en fiestas y bacanales con la familia Giuliano.
Jamás pudo superar sus adiciones y esto lo llevó a que la FIFA lo castigara en el Mundial de 1994, luego de dar positivo en un examen antidopaje.
En el 2000 estuvo al borde de la muerte y fue internado durante varios días, pues había colapsado por una sobredosis, ya para entonces mezclaba todo tipo de sustancias.
Fue llevado a Cuba para rehabilitarse, pero solo fue por unos años porque también vivió una ardua batalla con su peso. Se realizó un bypass gástrico y cinco años más tarde en el 2015 una nueva intervención.
A los médicos les urgía que Maradona pudiera perder más de 30 kilos en un año, ya que con 120 acuestas tenía severos problemas de corazón, hipertensión incluso hasta diabetes se le llegó a diagnosticar.
