La victoria 95 del británico Lewis Hamilton en el Gran Premio de Bahréin tuvo un sabor agridulce.
La noche en el circuito de Bahréin estuvo llena de contrastes desde la arrancada. Pese al dominio del piloto de Mercedes desde el inicio, la carrera fue suspendida por un fuerte accidente protagonizado por el francés Romain Grosjean.
Saliendo de la curva 3, el piloto de Haas intentó cruzar al Alpha Tauri de Daniil Kvyat, y en esa acción, Grosjean se estrelló en uno de los muros y su auto se encendió inmediatamente ocasionándole quemaduras leves en las manos y tobillos.
Una hora y media después, la carrera se reanudó, sin embargo, nuevamente Kvyat estuvo involucrado en el incidente del canadiense Lance Stroll, quien volcó su Racing Point y abandonó la pista.
Cuando por fin la competencia se llevó a cabo sin interrupciones, Hamilton y Max Verstappen (Red Bull) pelearon la punta aprovechando la parada en pits, sin embargo, la buena administración de los neumáticos y un safety car a tres vueltas del final acercaron al británico a la victoria.
En medio de los accidentes, el día pintaba bien para el mexicano Sergio Pérez, subió del quinto al tercer lugar y defendió su posición hasta las últimas vueltas.
Las dos paradas en pits fueron primordiales para que el tapatío pudiera reclamar su segundo podio de la temporada, pero a pocas vueltas de terminar la carrera, una falla en el motor lo hizo perder ritmo, mientras el humo y el fuego invadían el RP20.
Sin esperanzas, Checo paró y salió del auto, dejando escapar la posibilidad de amarrar el cuarto lugar del campeonato de pilotos.
Los dos pilotos de Red Bull, Verstappen y Alex Albon, acompañaron a Hamilton en el podio.
