La Comisión Federal de Electricidad (CFE) mantiene en Petacalco, Guerrero, una central cara, sucia e ineficiente, en desdén del uso de energías limpias, cuyo empleo es creciente en el mundo.
La Termoeléctrica se encuentra parada desde hace dos semanas, debido a que la CFE decidió no alimentarla con carbón importado.
«El carbón es importado y es carísimo», alegó el director de la Comisión, Manuel Bartlett, el pasado 27 de octubre.
El plan de la paraestatal para su planta de Petacalco es sustituir el carbón por el combustóleo que sobra en borbotones en las refinerías de Pemex, lo que produciría luz más cara y con mucho mayor contaminación. El problema es que CFE no ha logrado que llegue de manera regular el combustóleo. Y el que ha llegado, lo desperdicia.
El viernes pasado, tras maniobras en el patio de la planta, fue derramado combustible que quedó vertido en la bahía, denunciaron pescadores.
Con el uso de combustóleo en lugar de carbón en la central de Petacalco, los perdedores son la CFE y sus usuarios.
De acuerdo con las memorias de cálculo de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), el costo de generación de las centrales que utilizan carbón a octubre es de mil 678 pesos por megawatt/hora, mientras que el combustóleo tiene un costo de 2 mil 627 pesos por la misma unidad.
Rosanety Barrios, especialista del sector energético, dijo que el Gobierno federal insiste en su estrategia de producir el combustóleo para que CFE lo queme, sin embargo, no se tiene una ruta para hacer llegar el hidrocarburo a la central.
«Esto es una estrategia para darle salida a las grandes cantidades de combustóleo que genera Pemex y que sea CFE quien lo consumapero en el mundo ya casi nadie usa combustóleo para generar electricidad», criticó.
«La situación en la que se encuentra la central de Petacalco es muy preocupante. La planta se inauguró en 1993, por lo que lleva más de 27 años operando. Aparte de sus ineficiencias operativas, los costos de generación y ambientales son los más altos, cuando ya existen opciones para ofrecer energía en firme en la región, que son menos intensivas en emisiones de carbono», opinó Elie Villeda, especialista en energía.
La planta «Plutarco Elías Calles», ubicada en la zona de la costa grande de Guerrero, era abastecida por carbón suministrado por la empresa suiza Glencore. En abril de 2019 obtuvo un megacontrato para abastecer 4 millones 94 mil toneladas de carbón e incrementar el potencial de la planta entre mayo y diciembre de 2019. El monto del contrato era de 519 millones 610 mil dólares.
Líderes pesqueros del Municipio de La Unión, en Guerrero, donde está enclavada la central, expresaron a Grupo REFORMA su preocupación porque la planta siga contaminando a nueve comunidades de la región.
Los principales daños a la salud, medio ambiente y fauna se dan alrededor de las comunidades de Petacalco, Zorcúa, Coyuquilla, Feliciano, Guaricho, Tamacuas, Santiago Zacatula, Naranjito y San Francisco, desde que la carboeléctrica comenzó a laborar hace dos décadas.
Como ejemplo, Gilberto Barrera Reyes, representante de las 43 cooperativas pesqueras de Petacalco, denunció que el pasado viernes hubo un derrame de aceite dentro de la planta, lo cual generó una «alberca» de contaminación con daños a la bahía.
«Carbón y combustóleo son contamintantes, pero contamina mucho más el combustóleo», reclamó el dirigente.
Para Jesús Campos Albarrán, líder de la sociedad cooperativa pesquera La Boba, esta generación de energía a costa de la salud de los pobladores del suroeste de Guerrero ha generado decenas de casos de cáncer.