El líder pesquero Gilberto Barrera hace sus cuentas: antes de la carboeléctrica pescaban más de 12 toneladas diarias de distintas especies de peces. Ahora, si bien les va, son unos 10 kilos de huachinango.
Debido a que la carboeléctrica arroja el agua caliente y sucia, dice en entrevista, los peces ya no llegan a esta zona.
Además, los esteros -donde se producía camarón, jaiba y otros peces- están azolvados con ceniza, por lo que la pesca también desapareció en estas zonas.
«Sacábamos por toneladas aquí en la orilla -a 200, 300 metros- sacábamos toneladas de pargo, cherna, robalo, boba, de todas las especies de primera categoría y ahorita no hay ni para remedio», expresa.
«El mar es el basurero de la CFE; la alteración de 12 grados arriba de lo normal de la temperatura del agua, eso hace que lleguen puros peces indeseables. Esa termoeléctrica está demasiado descuidada por los encargados», afirma uno de los trabajadores, quien pidió el anonimato.