CIUDAD DE MÉXICO.-Aunque el discurso presidencial se ha refugiado siempre en los principios constitucionales de la no intervención, la política exterior del Gobierno federal ha sido «acomodada» o adaptada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, dependiendo de las circunstancias o las afinidades políticas.
A más de un mes de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, el Jefe del Ejecutivo se ha negado a felicitar al demócrata Joe Biden, quien resultó ganador de los comicios, tras derrotar al republicano Donald Trump.
Junto con Vladimir Putin, Presidente de Rusia, López Obrador es de los pocos Mandatarios que no se ha pronunciado sobre el eminente relevo norteamericano.
Incluso Xi Jinping, Presidente de China, ya felicitó a Biden por su triunfo electoral.
Cuestionado al respecto, el político tabasqueño ha insistido que esperará el resultado oficial y que no se pronunciará públicamente, ya que México no debe formar parte de ninguna «cargada» o «acarreo» de naciones.
Sin embargo, esa «prudencia» para opinar sobre lo que sucede en Estados Unidos, no ha sido siempre una constante.
El 28 de octubre de 2019, López Obrador felicitó al boliviano Evo Morales y al argentino Alberto Fernández tras las elecciones en sus respectivos países.
«Felicité por teléfono al Presidente electo Alberto Fernández, de Argentina, y a Evo Morales, Presidente de Bolivia, quienes triunfaron en elecciones libres y democráticas en sus países», anunció.
Sin embargo, en el caso de Bolivia, existían denuncias sobre un supuesto fraude electoral, que incluso derivaron en una intervención de la OEA y la dimisión de Morales, quien salió de su país y se asiló en México.
Durante la crisis política en Bolivia, el Gobierno obradorista fue acusado de intervencionista e injerencista, lo que generó tensiones y deterioró, de manera temporal, la relación bilateral con esa nación.
Por otro lado, el Mandatario mexicano también envió su reconocimiento al nuevo Presidente de Argentina apenas un día después de los comicios en ese país.
La felicitación del tabasqueño fue expresada vía telefónica el 28 de octubre del año pasado, pero fue hasta el 6 de noviembre que las autoridades argentinas emitieron los resultados oficiales del escrutinio definitivo de la victoria de Fernández sobre Mauricio Macri.
El candidato de Evo
Más recientemente, el 19 de octubre de este año, el Presidente felicitó al candidato del partido de Evo Morales, Luis Arce, por ganar las elecciones de Bolivia.
Sin embargo, el conteo oficial de los votos se registró hasta el 23 de octubre, es decir, cuatro días después del reconocimiento del tabasqueño.
«Felicitamos a Luis Alberto Arce Catacora quien triunfó ayer en las elecciones presidenciales de Bolivia. Celebramos que un grave conflicto se resolvió por la vía pacífica y democrática. Saludo a organizaciones sociales, pueblos originarios, a Evo, al MAS y al pueblo boliviano», escribió el Mandatario en su cuenta de Twitter.
«Las más sinceras felicitaciones de México al pueblo boliviano por la extraordinaria jornada democrática en la que fue electo Luis Alberto Arce, entrañable compañero y amigo de nuestro país», publicó por su parte el Canciller mexicano, Marcelo Ebrard.
En un comunicado, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) manifestó que el Gobierno de México felicitaba al pueblo y a las instituciones del Estado Plurinacional de Bolivia por la celebración ese domingo de una jornada electoral pacífica y participativa.
«El Gobierno de México expresa sus mejores deseos al próximo Presidente boliviano, al tiempo que le manifiesta su deseo de apoyarle a tener un desempeño exitoso y con ello honrar los históricos vínculos de amistad y fraternidad entre ambos pueblos», expuso la Cancillería.
El polémico asilo
En 2019, el Presidente López Obrador «adaptó» los ejes de su política exterior para ofrecer y otorgar asilo a Evo Morales.
El Jefe del Ejecutivo autorizó el uso de un avión de la Fuerza Aérea Mexicana para volar hasta esa nación, lo que implicó, además del uso de recursos públicos, algunos roces con países latinoamericanos que no colaboraron en la misión.
Según el relato del propio Canciller Marcelo Ebrard, algunas naciones no permitieron el aterrizaje de la aeronave para recarga de combustible y, otras, ni siquiera el sobrevuelo sobre su espacio aéreo.
Morales llegó a territorio mexicano la madrugada del 12 de noviembre, luego de renunciar a su cargo en medio de protestas postelectorales y tras más de 13 años de mandato.
López Obrador defendió su decisión y condenó «el golpe de Estado» que provocó la renuncia y salida del político boliviano.
Y mientras los reproches de algunos actores de esa nación se incrementaban contra el Gobierno mexicano, la Administración de la Ciudad de México decidió entregar a Morales el título de «huésped distinguido».
Un mes después de su llegada, Evo salió de México y voló hacia Argentina, donde también fue recibido en calidad de refugiado.
En junio de este año, durante una entrevista en Palacio Nacional, López Obrador criticó abiertamente a Evo Morales por no dejar a tiempo el poder.
«Guardadas todas las proporciones, el mejor de una república latinoamericana en los últimos años, en los últimos tiempos, sin duda, Evo Morales», expresó.
«Este no es un asunto ideológico, es un juicio práctico, es cosa de ver lo que hizo, el crecimiento económico de Bolivia, la forma como sacó al pueblo de la pobreza, millones de indígenas que mejoraron, hizo valer la independencia, hizo valer la dignidad de su pueblo. Si acaso, su error fue no retirarse a tiempo, son enseñanzas».
El pasado 9 de noviembre, Morales regresó a Bolivia.
El caso de España
A estos casos se suman los señalamientos que ha realizado el Presidente contra el Rey emérito de España, Juan Carlos, quien se vio envuelto en escándalos de corrupción.
El 17 de junio, desde Palacio Nacional, López Obrador consideró vergonzosa la exoneración del monarca.
«El pueblo español es un pueblo trabajador, un pueblo honesto, tiene ahora que cargar con la vergüenza de que aún por instrucciones, por órdenes, por recomendación de un juez, debía ser investigado el rey, el que abdicó el mando y a la corona, y en un tribunal especial se le exonera. Entonces, no hay justicia para todos», expresó.
«Se habla de una presunta relación de complicidad y un acto de corrupción y no pasa nada».
El 22 de junio, volvió a abordar el tema al hablar sobe la empresa constructora española OHL.
«En todos estos casos hubo influyentismo, lo de OHL pues es evidente, está en todos los escándalos mundiales, al Rey emérito de España lo involucran con un soborno de OHL», expresó.
Las críticas del Presidente sobre los escándalos de la monarquía se han registrado cuando el periódico El País ha realizado publicaciones relacionadas con su gestión.
También ocurrió así en días recientes, cuando criticó el manejo de la pandemia de Covid-19 en España, ya que tiene más fallecidos que México por 100 mil habitantes.
«Y hablan de que son muchos los fallecidos en México, titulan ‘País roto’, cuando en España, proporcionalmente a la población, son más los fallecidos que en México. Es ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio», dijo.
«El enojo tiene que ver con la relación que tienen con empresas de aquel país, a las que ya no se les permite el saquear a México como en el periodo neoliberal».
