Tras años de vivir largas jornadas de trabajo por la alta demanda entre su clientela, Francisca Mata de la Cruz se enfrenta al desplome en las ventas de las tradicionales piñatas para las fiestas navideñas.
Ante las restricciones para evitar los encuentros sociales que pudieran detonar contagios de Covid-19 se generó un impacto económico para quienes dependían de esta actividad.
Se estima que, tan solo en este mes, las ventas cayeron en un 80 por ciento en relación al 2019.
“Me preparaba con 50 piñatas grandes y 50 piñatas chicas, además de mucho cascaron que era decorado por los niños en las escuelas. Ahorita nada más tengo veinte, a la espera de ver cómo se mueve. Todo lo demás ya que sea sobre pedido”.
Con más de 30 años dedicada a la elaboración de piñatas, decoración y costura, esta vendedora ramosarizpense confirma que hay un cierre de año difícil por la nula venta de uno de los productos más solicitados por la gente para sus fiestas.
“Desde septiembre que yo me preparaba con todo el material porque era mucha la demanda para diciembre, pero ahorita no tuvimos las posadas en las escuelas, y como la gente no está haciendo fiestas, se pide no hacer posadas, y sí se refleja en las ventas”.
A lo largo del año se mantuvo esta misma dinámica de escasa demanda del producto que también es utilizado en las fiestas de cumpleaños.
“Uno pierde porque el papel se decolora, hay cosas que ya no podemos reutilizar. La inversión se va perdiendo. Además, le estamos bajando un poco más al precio para ver si así también nos compran, sí es un cambio radical en relación a lo que siempre vendíamos”.