Por: Rocío de Jesús
Por primera vez, las festividades a la Virgen de Guadalupe fueron discretas, sin eventos multitudinarios, no hubo peregrinación, ni mañanitas nocturnas, pero su mensaje de amor y protección volvió a resonar en cada misa y en cada hogar.
El día tampoco pasó desapercibido en los templos, pues éstos se llenaron con la capacidad permitida por Protección civil y los danzantes también se hicieron presentes.
En el Santuario de Guadalupe la misa inició a las 12 del medio día, anticipadamente el grupo de danzantes que pertenece a esta parroquia, danzó en honor de la Morenita del Tepeyac, de la que hoy se festejan 489 años de su aparición a Juan Diego, ahora elevado a Santo.
Santuario de Guadalupe, Santiago Apóstol, al igual que otras parroquias, celebraron Misas especiales en honor a María Santísima, recordando los históricos hechos que ayer se celebraron.
En su mensaje, los sacerdotes destacaron la importancia del papel que juega María en la fe de la humanidad, ya que, como toda madre, es el mejor consuelo para todo creyente y aun para los no creyentes.
“¿Quién no se siente protegido por el amor de una madre? pues, aunque tu madre de carne te haya despreciado, María te ama como ama a Jesús, aunque te sientas malo, solo, que no mereces el amor, María tiene amor para ti y de sobra”.
En todas las celebraciones, volvieron a resonar esas palabras que marcaron para siempre a los mexicanos, pues fue este país donde la virgen eligió manifestarse, en el cerro del Tepeyac, donde dio a Juan Diego un hermoso mensaje, que cada persona puede hacer suyo.
“No temas esa enfermedad, ni otra alguna enfermedad y angustia. ¿No estoy yo aquí que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿No soy yo tu salud? ¿No estás por ventura en mi regazo? ¿Qué más has menester? No te apene ni te inquiete otra cosa”.