Washington DC, Estados Unidos (13 diciembre 2020).- A medida que su tiempo en la Casa Blanca termina, el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se ha dado a la tarea de recompensar a algunos de sus partidarios y aliados con puestos en juntas y comisiones asesoras federales.
El jueves, el Ejecutivo anunció su intención de nominar a dos autores que escribieron libros en los que se le halagó para una junta que hace recomendaciones sobre investigación educativa.
Un día antes, el miércoles, el Departamento de Defensa informó que el halcón de China Michael Pillsbury -quien se desempeñó como consultivo de Trump acerca de China- se convertiría en el presidente de una junta asesora en temas de liderazgo para el Pentágono en torno a cómo implementar mejoras al esquema de seguridad nacional.
Igualmente, el martes, el republicano sostuvo que nombraría a su ex consejera y directora de campaña de 2016, Kellyanne Conway, para formar parte de la junta de visitantes de la Academia de la Fuerza Aérea de la Unión Americana. En ese mismo directorio estará Heidi Stirrup, aliada del principal asesor de Trump, Stephen Miller.
Stirrup se desempeñó como enlace de la Casa Blanca en el Departamento de Justicia, aunque fue relegada luego de que los funcionarios de la instancia descubrieron sus esfuerzos para recopilar información privilegiada sobre casos en curso en el marco de la indagatoria al supuesto fraude electoral.
Por otro lado, la secretaria de Transporte, Elaine Chao, esposa del líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, fue propuesta para formar parte del consejo de administración del Centro John F. Kennedy para las Artes Escénicas.
Además, Matt Schlapp, titular de la Unión Conservadora Estadounidense y uno de los principales impulsores de la infundada narrativa sobre un presunto amaño en los comicios presidenciales, se convertirá en miembro de la Junta del Fondo Fiduciario de la Biblioteca del Congreso.
No es inusual que los Presidentes salientes hagan una serie de nombramientos en juntas y comisiones antes de dejar el cargo. A tres días del fin de su mandato, Barack Obama designó a la asesora principal Valerie Jarrett y a la asesora de seguridad nacional Susan Rice para la junta del Kennedy Center.
Paul Light, experto en burocracia federal y profesor de la Universidad de Nueva York, se refirió a esta práctica como «indecorosa» y remarcó que todas las Administraciones lo han hecho. «Pero nadie hace estas cosas con más politización que Trump», advirtió.
Los puestos a los que Trump ha dirigido a sus cercanos y fieles se encuentran generalmente en juntas asesoras en las que los integrantes no reciben ningún salario, aunque se les reembolsan los gastos de eventuales viajes.
Sin embargo, estos puestos, según Light, tienen un «magnífico valor de currículum».
El número de puestos en juntas asesoras se ha disparado a lo largo de los años. En palabras de Light, los Gobierno anteriores han procurado emparejar a las personas con el tipo de credenciales y experiencia que el Congreso imaginó cuando creó dichas juntas.
No obstante, enunció el académico, no ve ese mismo esfuerzo por parte de la saliente Administración de Trump.
«Esto son todos los favores pagados y los favores ganados», sentenció el experto.