Por Wendy Riojas
En el marco de la Fiesta de la Sagrada Familia de Nazaret, la Iglesia Católica, señaló que la familia tradicional está desapareciendo por las circunstancias actuales como; el trabajo, las redes sociales o la tecnología.
Luego de la celebración de Navidad, la iglesia católica, celebró la Fiesta de la Sagrada Familia de Nazaret; Jesús, José y María, la familia del hijo de Dios, santísimos ejemplos para las familias cristianas de la actualidad.
En la homilía, el Vicario, José Candelario Velázquez López, mencionó que el sentido de la familia se ha ido perdiendo, ya que, las circunstancias actuales han obligado a la mamá, el papá y los hijos a convivir esporádicamente, no platicar o no verse.
“Ya no platican, chatean, ya no se ven, se mandan emojis, utilizan las redes sociales, ya no se ven a la cara, ya no se ven a los ojos, no están cerca, no platican, por las circunstancias de la sociedad y de la vida”, señaló el vicario.
Dijo que los hijos se crían con los abuelos o solos, porque mamá y papá se van a trabajar olvidándose del ¿Qué te pasa?, ¿Cómo te sientes?, ¿Cómo te fue en la escuela? y perdiendo la oportunidad de convivir en familia.
Mencionó que muchas familias ya no almuerzan, comen o cenan juntos, lo que complica que se mantengan sólidas, estables y firmes, y que los hijos tengan respeto por los padres o los hermanos.
Indicó que lamentablemente algunas familias han perdido los valores como la unión, las reglas, el respeto a los adultos mayores, ya que, la ciencia, la tecnología y sus avances, han hecho que se pierda la Sagrada Familia.
“Muchos están distraídos, nos interesa un poco más el WhatsApp, la llamada, que el propio ser querido, el ser humano que tenemos a nuestro lado, tu padre, tu madre, tus hijos, por eso hoy recordamos a la Sagrada Familia”.
Dijo que las características del señor San José, María y el niño Jesús deben extenderse en las personas que tienen la misión de papá, mamá o hijo en la familia, ya que, cumplían con las leyes de Dios y de la sociedad.
Mencionó que José fue un varón justo, prudente, lleno de Dios, responsable y comprometido y María una mujer hacendosa, ordinaria, sencilla, humilde, ya que era una familia ordinaria, común, en la aldea de Nazaret.