Debido a que las vacunas contra Covid-19 que se usarán para inmunizar a la población en el país aún no han sido probadas plenamente, el Grupo Técnico Asesor Covid-19 aconsejó realizar un seguimiento para detectar posibles reacciones adversas graves.
En un artículo publicado en la revista científica Salud Pública de México, que edita el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), señala que no existe aún evidencia sobre la eficacia clínica a largo plazo y que la de inmunogenicidad, sobre todo de seguridad, está limitada a estudios de Fase 1 y 2.
«Por esta razón, al momento de su uso se debe garantizar un adecuado sistema de identificación, atención y seguimiento de efectos adversos que pudieran estar asociados con la vacunación e inmunización (ESAVI).
«A su vez, sería recomendable que este sistema permitiera registrar también cuántas personas vacunadas presentaron la enfermedad, para determinar la eficacia de las vacunas a largo plazo en población abierta», indicó.
El Grupo Técnico, que es el que recomendó el esquema de vacunación implementado en el País, fue enfático en señalar que el uso de las vacunas que actualmente se están aplicando en el mundo fue autorizado por una situación de emergencia, sin que se cumpliera con todo el proceso que normalmente se sigue para garantizar su seguridad y eficacia.
«Lo anterior es un riesgo que no se puede minimizar, sobre todo en el caso de efectos adversos graves (SAES, por sus siglas en inglés) poco comunes o que se puedan presentar a más largo plazo», señaló.
Recordó que existen antecedentes de vacunas que no presentaron problemas en su fase clínica, pero tras su aplicación en cientos de miles de dosis, evidenciaron efectos adversos graves.
«Tal y como ocurrió en el caso de la vacuna de Rotashield contra rotavirus, retirada del mercado después de su registro e implementación de uso en 1999 por el incremento de casos de intususcepción como evento adverso grave asociado con la vacunación, el cual no fue detectado en los ensayos clínicos.
«Otro ejemplo es la vacuna de dengue CYD-TDV Dengvaxia 26, en cuyo seguimiento a largo plazo se demostró que además de presentar una eficacia variable por serotipo, se encontró un riesgo incrementado de hospitalización y dengue grave en individuos previamente vacunados y que eran seronegativos a dengue al inicio de la vacunación», detalló.
La Covid-19 es una nueva enfermedad provocada por el coronavirus SARS-CoV-2 que fue detectada por primera vez en humanos hace un año y que rápidamente se convirtió una pandemia que ha cobrado la vida de poco más de un millón 800 mil personas.
«En la balanza se están considerando los riesgos, pero también los potenciales beneficios directos e indirectos de la vacunación como estrategia de prevención, la cual, en eventos históricos de otras enfermedades, ha sido de beneficio probado para el bienestar de las personas», consideró.