Por: Jesús Medina
Estaciones gasolineras en la Región Centro de Coahuila padecen desde hace varios meses el ataque a sus cuentas financieras y de inventarios que son bloqueadas para que no realicen operaciones, se las liberan por un “rescate” monetario a fin que vuelvan a operar.
El ataque a las cuentas es constante, pero los concesionarios gasolineros no denuncian los hechos, pagan la extorsión y continúan con sus ventas.
La frecuencia en el secuestro o hackeo de cuentas es notoria en cada una de las estaciones de combustible, quienes son atacados con la paralización de sus sistemas de ventas, cuentas e inventarios.
El rescate que pagan a los piratas cibernéticos es relativamente accesible, pero frecuente.
Expertos en seguridad cibernética entrevistados por LA PRENSA en el marco de exposiciones en la materia, señalaron que a pesar de los ataques, en Monclova los concesionarios de combustibles no hacen pública su queja ni tampoco denuncian los hechos.
“Son renuentes a contratar buenos sistemas de protección antibloqueo o hackeo” señalaron.
La explicación de los expertos para señalar porque no denuncian los gasolineros afectados es muy simple: “del mismo cuero saldrán las correas, el usuario es quien termina pagando lo que les quitan por el rescate o liberación de cuentas, esto es un secreto a voces, el robo al cliente paga lo arrebatado por los hackers”.
LA CUOTA DE PROFECO
Los ataques cibernéticos no son la única causa que lastima las finanzas de las gasolineras.
Desleales empleados de Profeco se han convertido en el azote de los concesionarios al incurrir en la imposición de cuotas que van desde los 20 a los 50 mil pesos, según la estación y su estructura.
Si algún gasolinero incumple con el pago de la cuota, sobrevienen clausuras.
Son varios los dueños de gasolineras que han fallado en el pago a la extorsión y sus negocios están clausurados.
Los gasolineros no pierden, se recuperan en los pagos de extorsiones de la misma manera, el cliente paga, de poco en poco para que no se note.