Jorge Gutiérrez Padilla
“Covid, la muerte más ingrata”
La sola noticia de estar contagiado de Covid-19 significó una gran sorpresa para Jorge Gutiérrez Padilla.
Su función como director del DIF Ramos Arizpe, en donde a diario se llevan a cabo las pruebas de detección del virus, lo colocó en una posición de mayor riesgo junto a sus muchos compañeros, varios de los cuales quedaron contagiados a lo largo del año.
Lo que en un principio parecía un reto ante la desconocida pandemia se convirtió en una prueba de vida para este funcionario municipal, quien pasó varios días intubado luchando contra el coronavirus.
El amor a sus 3 hijos y a don Roberto, su padre, le hizo mantener la fe hasta sobrevivir a la mortal enfermedad.
Jorge busca compartir su testimonio con los lectores de La Prensa de Ramos Arizpe para sensibilizarlos sobre el Covid, y la urgencia de acatar todas las recomendaciones preventivas.
El año terminó de manera muy sorpresiva, ¿Cómo pasó todo?
Desde el momento en que me dan el resultado voy y me aíslo en mi casa, sin ningún síntoma en el momento. Era un jueves, así pasé el fin de semana y para el siguiente miércoles en la noche comencé a sentir la falta de respiración; un amigo me consiguió un tanque de oxígeno ya en la noche, y a buscar hospital porque no había dónde poder internarme. Estaban llenos los hospitales en Saltillo.
De casualidad iba desocupándose una cama en el Hospital Muguerza, pero primero estuve toda la mañana en una salita esperando, y ya para en la tarde me pasaron a cuarto, me empiezan a administrar el plasma, y quisiera contar más de ese día, pero se me borró el casette.
Ya no recuerdo nada, supe que firmé yo -porque después reconocí mis marcas- el consentimiento para que me intubaran y 7 días después despierto ya en cuarto normal.
Y cuando estuve intubado tuve pesadillas horribles, en las que sentía que no podía respirar, iba por un río y me tenían entre bolsas de plástico y llantas; mi cabeza estaba dentro del río quería sacarla, pero no podía.
Fueron muchas alucinaciones porque hasta cuando estaba ya despierto, en el cuarto, veía pavorreales y leones creo que por causa de los medicamentos que me administraban y todavía así con algo de dolor, y mucha falta de respiración, aunque tuviera la mascarilla puesta, una experiencia muy poco grata.
Y qué bueno que me entrevistas porque sí es algo que quiero compartir con la gente para que tomen conciencia de lo que es esta enfermedad, que a muchos les ha dado leve y no sienten los verdaderos síntomas del Covid.
La falta de respiración es una de las muertes más ingratas que hay, además del sufrimiento que trae.
¿Cuánto tiempo pasó para que lo dieran de alta?
Estuve hospitalizado por 20 días
Y en el momento que ya tiene un poco más de conciencia ¿qué pensaba?
Lo primero era tomar agua porque cuando te administran oxigeno te reseca mucho la garganta, y en el momento en que intenté levantar el brazo para tomarla, no pude porque se me caía el vaso.
Terminas sin fuerza, perdí 10 kilos en esos días; me tenían que dar de comer en la boca, tenía sonda.
Me caí dos o tres veces cuando intenté ir al baño porque no tenía fuerza en las piernas.
¿Y qué ideas pasaban por la mente?
Pensaba mucho en mis hijos, en platicar con ellos, en verlos. Mi papá y mis hijos eran lo que más venía a mi mente. El temor a morir sin haberme despedido de ellos; el peso que le dejaba a mi papá porque, a pesar de ser un hombre muy fuerte, perdió a su mamá, perdió a su esposa, perdió ya un hijo, y perder otro hijo sería un golpe muy fuerte para él.
El dejar a mis hijos en la incertidumbre, en no poder platicar con ellos “antes de…”, es de las cosas que más pensé en muchos momentos en los que no sabía si estaba mal o ya estaba bien. Perdí la noción del tiempo, no sabía si apenas me iban a intubar o estaba extubado.
Y sin contacto con familiares…
Cero contacto con familiares. El área Covid está completamente aislada, las enfermeras entran con su traje completo, lentes, cubrebocas, gorros. Cada que se acercaba una a mi le preguntaba ¿quién eres tú?, porque todos los días cambian. Es muy difícil distinguirlos a ellos.
De manera que hace aún más difícil esta situación, la crisis por la enfermedad y estar solo.
Siempre he creído que una de las peores muertes es el fuego, morir quemado, pero morir por Covid es la muerte más ingrata porque al momento en que entras al hospital ya no ves a tus familiares. Yo gracias a Dios salí, pero hay otros que ven a su familiar ya cuando sale en una caja en cenizas, no supieron cuánto sufrió estando adentro.
Mi experiencia me hace ver que hay que tratar a la gente en vida, así como dicen: “En vida, hermano, en vida”.
¿Perdió la fe en algún momento?
No, siempre le pedí a Dios que me sacara adelante. Le ofrecía mis días, le ofrecía mi sufrimiento y el querer volver a salir para ser otra persona.
¿Qué pasa cuando ya anuncian que le darán de alta?
Va el doctor conmigo y me comenta que, en el momento en que llegué, no habían visto unos pulmones tan afectados como los míos. Que de hecho pensaban que no iba a mejorar, que por eso me intubaron con la idea de que al tercer día o el cuarto día ya no iba a estar aquí.
Pero resultó que al tercer o cuarto día los pulmones estuvieron bien, funcionando al 60 por ciento, y al séptimo día me pudieron extubar porque ya estaban completamente bien.
“Dios te quiere aquí, alguna misión tienes que hacer, así es que a echarle ganas”, me dijo el doctor.
Y yo creo que sí, que Dios me estuvo preparando sin yo siquiera imaginarme. Nunca fui una persona de hacer ejercicio, pero en los últimos dos años me dio por hacer bastante ejercicio, por cuidarme más, corriendo un poco más de 10 kilómetros diarios, y yo creo que así fue como Dios me preparó para esta enfermedad, porque ya traía más condición en mis pulmones.
¿A quién fue la primera persona que vio?
Ya que salí de terapia vi a mi hermano, Fernando, y sentí mucha nostalgia porque sé que él también la pasó muy difícil, me comentan amigos míos que se la pasaba llorando con todos.
Sí fue algo muy difícil para toda la familia, agradezco a todas las personas que se molestaron en tratar de donar el plasma; de hecho, me comentó el doctor que nunca había visto tanta movilización como al momento en que empezaron a solicitar donadores para mí.
Agradezco a todos sus mensajes, sus buenos deseos, y yo creo que Dios tomó mucho en cuenta eso para dejarme un ratito más en la tierra.
¿Y cuándo vio a sus hijos, que sintió?
En el hospital pude hacerles una videollamada y lloré mucho. Es mucha la sensibilidad por la enfermedad, estar solo y pensar en ellos. Y ya que me dan de alta tardé 15 días en poder verlos, en lo que recuperaba fuerzas, y lo primero que hice fue abrazarlos y llorar.
Por fortuna pude verlos antes de Navidad, y ¿qué te puedo decir del sentimiento de un padre con sus hijos?
¿Cómo ha sido la recuperación?
Sí he tenido síntomas post Covid. De hecho, después del 25 de diciembre tuve que volverme a internar por arritmias cardiacas. Me hicieron varios estudios, ecos, resonancia magnética, electrocardiogramas, y resulta que una de las partes que cubre al corazón está un poco inflamada, pero ya me dieron un tratamiento y ahí vamos poco a poco.
¿Cómo cambia la vida después de esta experiencia?
Bastante, sí te puedo comentar que me he acercado más a Dios, a mis hijos, amigos, familiares, y tratar de limar asperezas con gente que no tenía buena relación.
Son llamadas de atención que nos da Dios para tratar de mejorar nuestra vida, vivir en paz; Dios me tiene en este puesto también para ayudar a la gente, y es lo que trato, llevar los recursos a las personas que más lo necesitan en el municipio de Ramos Arizpe.
¿Qué mensaje hay para la gente que al día de hoy minimiza el virus?
Que es de verdad, aquí no hay mentira. Pueden darse la vuelta a cualquier hospital a pedir una cama Covid y no la van a encontrar, todavía en días pasados estuvo yendo gente a Monterrey y encontraba, pero ahorita no hay lugares ni en Monterrey ni Saltillo.
Es una muy mala experiencia, una experiencia de sufrimiento y dolor. Lo que les puedo decir es que usen su cubrebocas, cuídense, y si no tienen a qué salir, simplemente, no salgan. Si no es indispensable la salida, por ejemplo, por alimentos, lo mejor es que se queden en sus casas.
Veo a los jóvenes que andan en las calles, en bares que están abarrotados, siguen tomando sin usar cubrebocas; luego hay gente que se hace la prueba un día, pero el resultado se lo dan días después, y ese fin de semana se salieron y ahí infectan a varios.
Lamentablemente los más afectados son los adultos y adultos mayores, y están siendo contagiados por sus hijos y sus nietos.
Es un llamado a los jóvenes a que se queden en sus casas, que no salgan, que cuiden a sus papás. Si los afectados fueran los jóvenes, los papás y los abuelos no dudarían en hacer todo para protegerlos, y se quedarían en casa.
Esto es de verdad, y es muy mortal, por lo que solo queda extremar las precauciones.
