Cuando no hay dinero para comprar equipos de protección personal, Marco tiene que cubrirse con bolsas de plástico para atender pacientes Covid-19 de manera gratuita.
El joven es un enfermero originario del municipio de Castaños que cada día sale de su casa para atender personas que padecen el mortal virus, no importa que se encuentren lejos, él ha sido capaz de recorrer kilómetros para dar servicios de salud gratis.
Marco Antonio Suárez Muñiz, es su nombre completo, tiene 33 años de edad y aún no goza de una plaza en algún hospital de la región, sin embargo, su profesión la ha ejercido de forma voluntaria desde el 2010 que terminó su carrera en la escuela de enfermería Cruz Roja.
Fue enfermero industrial, también colaboró en los hospitales móviles de Monclova, pero siempre ha servido más a la población voluntariamente y hasta ahora que el mundo atraviesa por una pandemia y que hospitales se han saturado de enfermos decidió brindar ayuda a quien más lo necesita, los pacientes con coronavirus.
“No recibo nada a cambio hay quienes, si muestran su agradecimiento, pero en lo personal siempre les he dicho que no, si estudie fue para ayudar, estamos en momentos difíciles como para estar lucrando con la salid, hay que estar unidos”, señaló.
Marco ya perdió la cuenta de cuantos enfermos ha atendido entre sospechosos a coronavirus y positivos al virus, pero afortunadamente nunca se ha contagiado a pesar de que muchas veces los visito solo llevando puesto una mascarilla facial y guantes.
Conforme fue pasando el tiempo e incrementaron los contagios y decesos, decidió usar bolsas de plástico como una forma de protegerse del virus, sin embargo, al conseguir empleos temporales lograba comprar artículos de protección personal pero la realidad es que cuando no había dinero en sus bolcillos se veía en la necesidad de usar bolsas.
“Cundo no había dinero me ponía bolsas de plástico, la verdad que si he trabajado con miedo, pero todo el tiempo me encomendé a Dios para salir a trabajar, para ir a ayudar a la gente que me llamaba por teléfono”, indicó.
“Ahorita ya estoy vacunado tengo la segunda dosis, pero no asegura que no me pueda infectar hay que recordar que esto es una vacuna que no sabemos si realmente funcione y se dice que estamos inmunizados el 95 por ciento pero ese 5 por ciento que falta es el riesgo para salir contagiado”, mencionó.
A Castaños, Monclova, San Buenaventura y hasta otros municipios de la región centro ha acudido para dar servicios de salud a pacientes Covid-19.
Durante la contingencia sanitaria ha extremado medidas para evitar contagiar a alguno de sus familiares, “cuando entro a mi casa me quito la ropa, ya me tienen preparado un cambio de ropa siempre haya entrado a un hospital o atendido a un enfermo”.
Este joven no tiene familiares que se dediquen a la salud, una “palanca” por la que pueda ingresar de base a un hospital de la región, pero tiene la esperanza de que un día su sueño se haga realidad el estar laborando dentro de una institución de gobierno.