
Al utilizar una Unidad del Transporte Público, aunque el usuario quiera aplicar la sana distancia, no puede, hay riesgo de contagio porque suben personas sin cubrebocas y los mismos choferes de las unidades no ponen el ejemplo pues en muchas ocasiones han sido vistos sin mascarillas faciales.
Para elementos de Seguridad Pública eso genera ganancias para el municipio pues tan solo en enero se han aplicaron más de una docena de sanciones económicas al detectar pasajeros sin cubrebocas que suben a taxis o camiones municipales e intermunicipales.
La multa recae al operador del transporte y no al irresponsable ciudadano que está violando las medidas sanitarias impuestas por la pandemia por la que atraviesa el mundo.
Marco Antonio Suárez Muñiz, director de Atención a la Contingencia Covid-19, informó que se retuvo un taxi viernes, sábado y domingo por dar el servicio a usuarios sin tapabocas.
La policía pone la multa, mientras que Salud aplica la sanitización del vehículo que tiene un costo de 150 pesos, poco para ellos, pero mucho para los trabajadores del volante que apenas logran sacar ganancias para llevar el sustento a sus hogares.
“Vamos a empezar a hacer más fuerte las medidas porque hay mucha gente que usa el transporte público y se queja que el chofer no lleva cubrebocas”, advirtió.
Al iniciar la emergencia sanitaria se dio la instrucción a los concesionarios aplicar sus propias acciones para evitar la propagación del virus y las cumplieron pero han ido relajándose en medidas porque ninguna autoridad los vigila.
En la actualidad opera un transporte sin medidas preventivas, no hay señalización y por ello dos pasajeros se sientan juntos, no está reducida la capacidad de la unidad, las ventanas van cerradas y los usuarios hacen uso de los pasillos del autobús.