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WASHINGTON DC, EU.-El Senado de Estados Unidos absolvió ayer a Donald Trump en su segundo juicio político en el que estaba acusado de incitar a una insurrección con el ataque al Capitolio del pasado 6 de enero.
Con una votación de 57 a 43, la Cámara alta se quedó a 10 votos de los dos tercios necesarios para condenar al ex Presidente y prohibirle volver a ejercer un cargo público.
Junto con los 50 demócratas, siete republicanos votaron para sentenciar a Trump como culpable de «incitación a la insurrección», el mayor apoyo bipartidista para una condena en cualquiera de los cuatro juicios políticos presidenciales en la historia de Estados Unidos.
El veredicto se produjo después de que los demócratas construyeron un caso en el argumentaban que ex Presidente hizo una campaña de un mes para anular las elecciones y luego provocó el asalto al Capitolio en un último intento por aferrarse al poder.
«Si eso no es motivo de condena, si no es un delito grave (…), entonces nada lo es», dijo el principal fiscal demócrata, Jamie Raskin, ante los senadores antes del voto final. «El Presidente Trump debe ser condenado, por la seguridad y la democracia de nuestro pueblo».
El juicio terminó después de solo cinco días, pues tanto demócratas como republicanos buscaban un procedimiento corto, en parte porque los aliados de Trump habían dejado en claro que no pensaban condenarlo.
La sesión del sábado dio un giro sorpresa cuando los fiscales lograron que se votara a favor de permitir llamar a testigos, con la intención de citar a la congresista republicana Jaime Herrera Beutler, quien dijo que fue informada de que Trump había respaldado a los alborotadores que invadieron el Capitolio.
La posibilidad de que el juicio se alargara por días o semanas sin cambiar el resultado hizo a los fiscales renunciar a la medida y avanzaron hacia los alegatos finales, y posteriormente al veredicto.
El líder de la mayoría demócrata, Chuck Schumer, consideró que la decisión «vivirá como un voto de infamia en la historia» y calificó el asalto al Capitolio como el «terrible legado final» del ex Mandatario.
Por su parte, el líder de la minoría republicana, Mitch McConnell, pese a votar por la absolución, condenó los actos del ex Presidente, pero aseguró que el Congreso no era un «tribunal moral», por lo que no podía juzgarlo.
«No hay duda, ninguna, de que el Presidente Trump es práctica y moralmente responsable de provocar los eventos de ese día», admitió.
McConnell dijo que el ex Presidente «no se ha librado de nada todavía» y que podrá ser juzgado en los tribunales del sistema de justicia.