Por Yuriria Sierra
Nos apagamos
“Lo del apagón se produce porque estamos produciendo energía eléctrica con gas que se compra en Texas, y con el mal tiempo, con las nevadas, se afectaron los gasoductos y además aumentó el precio del gas como nunca… Ahora estamos sintiendo que debemos de procurar ser autosuficientes…”.
Así respondió el Presidente la mañana del martes en Palacio Nacional. Habían pasado más de 24 horas de que el norte y noreste del país vivieran sin energía eléctrica. Vaya lunes: sin luz, con vacunas por aplicar y con un clima que complicaba cualquier actividad. Qué mal tino para los Acuerdos de París, qué buen timing para la narrativa de la soberanía.
La Comisión Federal de Electricidad no pudo caber más de gusto. Con Estados Unidos reconociendo que el cierre de sus ductos de gas natural era el responsable del megaapagón en su territorio y el nuestro, al fin tenía una alternativa para exculparse. Lo hizo desde el lunes a mediodía. Ellos no tenían nada que ver y, apenas, el cuento preciso, como anillo al dedo, tras el apagón de hace unas semanas, como medida de contención ante cualquier cuestionamiento o exigencia de rendición de cuentas.
El tema es que lo ocurrido en el norte del país llega momentos antes del anuncio de cortes de electricidad en 12 estados del país. El Centro Nacional de Control de Energía, informó que Aguascalientes, Colima, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí y Zacatecas tendrán interrupciones “rotativas y aleatorias” este 16 de febrero a partir de las seis de la tarde y hasta las once de la noche. Aseguran que es debido a la demanda vespertina y nocturna y para cubrir las regiones del norte y noreste afectadas por los apagones que, para tranquilidad de la CFE, también se registran en los estados del sur de Estados Unidos. Sin embargo, en Palacio Nacional no desaprovecharon la oportunidad de abonar a la discusión de la Ley de la Industria Eléctrica. Sustentar su necesidad en la urgencia de la soberanía energética (a.k.a. CFE), aun pasando por encima de los tratados ya firmados y que le apuestan a la sustentabilidad.
“Los costos promedio por megawatt-hora de las energías renovables a partir de las subastas de largo plazo fue de 401 pesos en 2020. En enero de este año ya era 382. El costo promedio de generación de la CFE fue de 1,413 pesos en 2020 y en enero ya había subido a 1,515…”, ejemplifica Valeria Moy en su columna de este martes en El Universal.
La apuesta de este gobierno es hacer que el país —y el consumidor— pague esos precios altísimos para rescatar una industria a la que el único futuro viable, porque así lo exige el ritmo del mundo, son las energías renovables, justo a las que no quieren mirar.
México debe ser un país autosuficiente, lo entendemos, pero insistir en la producción de energías que en la conversación global buscan dejar atrás es un evidente balazo en el pie, si lo que buscamos es convertirnos en líderes de la región latinoamericana.
Canacintra estimó que la falta de suministro de gas natural en la frontera norte del país provocará una operación del sector industrial al 30 por ciento los próximos cuatro días, lo que implicaría pérdidas por 18 mil millones de pesos. No estamos para abrir la puerta a más episodios como éste. Nos estamos apagando, y no sólo en materia energética.