La pandemia ha impactado a la sexualidad en las relaciones de pareja, pero hay maneras de remontar esa crisis, dice el doctor César Velasco, terapeuta sexual.
Lo primero es aceptar que la pandemia es un reto para nuestra vida sexual y lo otro es ser creativos, señala el autor de Historias de consultorio, un libro en el que relata las múltiples problemáticas sexuales que enfrentan y, en muchos casos, han superado las parejas que han acudido con él en sus casi 30 años como especialista en el tema.
«De pronto hay una sensación, una idea, de que el encuentro amoroso siempre tiene que ser espontáneo, siempre tiene que ser súper lindo, pero a veces las circunstancias no ayudan. Una sugerencia muy concreta es ponerse un espacio en la semana para la vida sexual, como una cita, donde ambos respeten ese tiempo. Por ejemplo, decir: ‘el viernes a las 11 de la noche o el sábado a las 7 tenemos esta cita'», explica.
Otra sugerencia del experto es intentar hacer el encuentro lo más divertido y leve posible.
«No pensar que cada que haces el amor tiene que ser la mejor experiencia sexual de tu vida. Lo que importa es que siga habiendo intimidad, el gozo, el contacto, porque eso permite que la relación funcione mejor», detalla Velasco, quien también es médico y psiquiatra.
Además, destaca los beneficios del sexo ante problemas como la angustia, la ansiedad y el estrés.
«Los orgasmos son muy buenos ansiolíticos. Y la sola experiencia de hacer el amor, en el momento que te conectas, hace que por un momento desaparezcan todas esas cosas que te provocan estrés».
Y es que, de acuerdo con diversos estudios, menciona Velasco, hasta 40 por ciento de las personas dicen que la pandemia ha tenido un impacto negativo en su vida sexual.
¿Y de qué depende eso? De muchas cosas: el impacto psicológico de la pandemia, el miedo a enfermarse, el encierro por sí mismo, pero también situaciones que generalmente no se toman en cuenta como que los hijos están despiertos hasta muy tarde y el espacio que tienen las parejas para el sexo es mucho menor, agrega el terapeuta.
Su intención con el libro –además de cumplir un anhelo de escribir, ya que también estudió Literatura– es ofrecer información sobre cuáles son los problemas sexuales, así como sus causas y soluciones en una sociedad marcada por tabúes y prejuicios.
«Es un libro único en el sentido de que aborda los problemas de una manera completamente novedosa y, además, está puesto en personas de nuestra cultura. No son estadounidenses, no son alemanes, no son australianos. Es gente que vive en este País y ha sido educada y crecido en esta misma cultura», expresa.
¿Cuáles son los motivos más comunes de consulta para un terapeuta sexual en estos momentos?
La causa principal, no sólo conmigo, sino en el mundo, es la disminución del deseo sexual. De hecho, se calcula que el 30 por ciento de los adultos tiene un deseo sexual bajo y ahora se ha incrementado con la pandemia. Y eso tiene un impacto en la calidad de las relaciones de pareja; es decir, al disminuir la frecuencia de las relaciones por este bajo deseo se genera conflicto, se genera inseguridad en la otra persona, se genera miedo a la infidelidad del otro, no es tan simple como «ya no tengo ganas», sino las consecuencias que provoca esa falta de deseo.
Otra razón de busca de ayuda es la disfunción eréctil, sobre todo en hombres mayores de 45 años. Otra: mujeres que tienen problemas para alcanzar el orgasmo, que lo presentan el 30 por ciento de todas las mujeres. Y hombres con eyaculación precoz, que también lo padece el 30 por ciento de los hombres.
¿Hay mayor apertura ahora para acudir con los expertos en sexualidad?
Estoy absolutamente seguro de eso. Algo que cambió la manera de la población de ver estos problemas fue la aparición del Viagra hace unos 25 años, donde por primera vez en la historia se hablaba abiertamente de los problemas sexuales. En los noticieros, por ejemplo, yo me acuerdo perfectamente que pasaban videos de las personas haciendo filas en las farmacias en Nueva York para comprar Viagra, y eso hizo que muchos hombres en México que tenían ese problema se enteraron que había una solución y buscaron con quien ir. A partir de ahí se desencadenó una mayor aprobación social para la solución de los problemas sexuales. Dejó de ser algo tan raro, tan vergonzoso. Y, en este momento, si sirve de referencia: yo tengo lleno el consultorio de gente buscando ayuda para estos problemas.
¿Cuáles son los principales prejuicios sobre la sexualidad aún en la actualidad?
Lo primero es esta educación tan conservadora que tenemos que lleva, sobre todo a muchas mujeres, a pensar que gozar de la sexualidad es algo que está mal. Como que una mujer «decente» no tendría por qué disfrutar o mucho menos expresar sus necesidades sexuales.
Otro prejuicio que se tiene es considerar a la sexualidad «aceptable» siempre y cuando esté relacionada a la parte reproductiva. La sexualidad gozosa por sí misma se sigue considerando como poco válida.
Y una relacionada con la ignorancia: la idea de que la vida sexual está limitada por la edad, que uno llega a cierta edad, la mujer por ejemplo a la menopausia, los hombres después de los 50 años, que consideran «normal» que termine su vida sexual o la posibilidad de disfrutar, y eso no es cierto. Las parejas mayores de edad que tienen problemas sexuales más bien se debe a enfermedades que provocan esos problemas sexuales, como hipertensión, obesidad, etcétera.
Otro prejuicio: hay muchos, sobre todo mujeres, que no se dan permiso de explorar otras formas de disfrutar que no sean las que ellas o sus parejas consideran que serían aceptables, en términos de fantasías sexuales, en términos de posiciones, por ejemplo.
¿Qué tan importante es el sexo en una relación de pareja?
Yo diría que el sexo no es lo más importante, pero no hay nada que sea lo más importante. Lo que diría es que el sexo no puede ser sustituido por ninguna otra cosa: ni por el amor, la felicidad o la estabilidad financiera. Al igual que el amor no puede ser sustituido por el sexo. Es un error considerar que hay algo que sea lo más importante. No lo es.
¿Se puede tener una relación de pareja sin sexo?
Sí se puede, pero es una relación de pareja que, en general, es frágil, porque la vida sexual es muy importante para las personas. Independientemente de su género, de su «background», de su cultura, porque lo sexual, el encuentro sexual con alguien, no sólo tiene que ver con el placer, tiene que ver con el amor, con la intimidad, con el yo sentirme atractivo o querido, por eso es tan valioso, y al no haber nada que lo sustituya hace que sea una relación más pobre.
¿Y el sexo sin amor?
Es una variante de la expresión de la sexualidad. Yo creo que lo primero es tenerlo muy claro. Si tú crees que el otro quiere tener una relación amorosa contigo y no es así, definitivamente vas a sufrir. Para muchas personas, tener una experiencia sexual no asociada a una relación amorosa es tan válida como cualquier otra, siempre y cuando lo tengan claro.
¿Que tan importante es la apertura mental en el tema de la sexualidad?
Lo importante es perderle el miedo. Ver tu propia vida sexual con los ojos de un adulto, ya no de un niño o un adolescente con el miedo de que vas a ser castigado o descalificado por alguien más. Darte permiso de ser quien eres y explorarlo, entendiéndolo como algo que puede ser algo padrísimo. El gozo sexual no está separado de la parte emocional, para nada.
Conoce a César Velasco
-Psiquiatra y terapeuta sexual y de pareja.
-Tiene cerca de 30 años de experiencia en la atención de pacientes.
-Profesor universitario en México y España.
-Ha dado más de 150 conferencias sobre estos temas en EU, España y Sudamérica a profesionales de la salud y público en general.
-Tuvo un propio programa de radio en compañía del actor Jesús Ochoa.
-Autor del libro Historias de Consultorio, disponible en Amazon.