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La Auditoría Superior de la Federación (ASF) encontró durante 2019 retrasos en la rehabilitación de cuatro de las seis refinerías que integran el Sistema Nacional de Refinación del País.
El auditor identificó que la rehabilitación de las refinerías de Minatitlán, Madero, Tula y Salamanca debió concluir durante 2019; no obstante, a esa fecha, éstas reportaban un avance de 71, 50, 36 y 36 por ciento, respectivamente.
La ASF señaló que el objetivo es que tanto la nueva refinería de Dos Bocas, como Tula, Salamanca y Salina Cruz operen al 89 por ciento de su capacidad, en tanto Cadereyta, Madero y Minatitlán lo hagan al 79, 65 y 59 por ciento, respectivamente.
Sin embargo, durante 2019, las seis refinerías existentes operaron por debajo del 40 por ciento de su capacidad instalada.
Sobre Dos Bocas, la ASF encontró diferencias entre las estimaciones realizadas por la Secretaría de Energía (Sener) y las de Pemex sobre su capacidad de proceso.
Pemex consideró un porcentaje de capacidad utilizada de la nueva refinería superior al 90 por ciento, cifra mayor a la prevista por Sener de 78.5 por ciento a partir de 2025.
Además, el auditor señaló que la baja en la producción de crudo por parte de Pemex es un factor que arriesga la operación del complejo.
En la prospectiva de petróleo crudo y petrolíferos 2018-2032, elaborada en 2018 por la Sener, se tiene previsto incrementar la producción de petróleo ligero y reducir la de petróleo pesado, el cual es necesario para la operación de Dos Bocas.
«La tendencia a la baja en la producción de petróleo pesado de Pemex, aunada a la estrategia de disminución de este tipo de petróleo, incrementa el riesgo de que la refinería no opere en los niveles de producción esperados, por lo que su infraestructura estaría subutilizada», indicó la Auditoría.
Sobre Dos Bocas, la ASF también detectó irregularidades en la asignación de los contratos, pagos fuera de norma por 75 millones de pesos durante 2019, así como falta de análisis de los impactos medioambientales preliminares para la construcción de la refinería.
«Se constató que la empresa productiva del Estado no identificó los costos indirectos derivados de la operación del proyecto, incluyendo la repercusión que tendría la refinería Dos Bocas en la operación del SNR, ni las externalidades por el impacto ambiental y social generado durante la construcción y la operación del proyecto», señaló.