
Por Yuriria Sierra
Emma y tierra caliente
La noticia corrió como pólvora: autoridades de EU habían detenido a Emma Coronel. La joven de 31 años que desde que cumplió la mayoría de edad ha sido la compañera de Joaquín El Chapo Guzmán, el narcotraficante que alguna vez fue el más buscado del mundo y que hoy purga cárcel vitalicia en una prisión de Nueva York. Emma Coronel, la reina de belleza, la modelo, la que jugó a ser influencer, la protagonista de un reality show, está ahora en una celda en Alexandría, Virginia. La que negó parentesco con Nacho Coronel, considerado un hombre peligroso, por el que EU ofrecía una recompensa y que fue abatido en un enfrentamiento en Guadalajara, dicen, por órdenes de los Beltrán Leyva. Esa misma Emma, hija y hermana de dos hombres que hoy están presos por portación de mariguana y armas de uso exclusivo del Ejército. Esa Emma, acusada hoy de tráfico de drogas, de conspirar para ejecutar, al menos, dos escapes, uno que nunca se concretó, porque al Chapo la extradición lo alcanzó. Emma, la misma que permanecerá en prisión porque el juez decidió que hay riesgo de fuga.
Golpe al Cártel de Sinaloa. La madre de las dos gemelas del capo, presa. La que pagaba fiestas ostentosas y difundía esas imágenes en redes ahora lució demacrada en la primera foto revelada tras su arresto. Muy lejos de la joven enfundada en ropa de diseñador, maquillada y de peinado impecable, como se mostró en las pocas entrevistas que concedió en televisión, tal como llegó a la corte cada día mientras duró el juicio del compañero de su vida, al que conoció cuando tenía 17 años, a quien, afirmó, nunca vio traficar con drogas, el que la enamoró con su conversación y sencillez, como ella misma narró.
“Somos normales, yo me considero una mujer normal, y me pasa mucho que las personas me juzgan sin conocerme…”, dijo en unos de los capítulos del reality Cartel Crew, en el que participó hace un par de años, cuando quiso colocar en el mercado de la moda, sin éxito, la marca El Chapo 701.
Y estas historias, como la de Emma Coronel, dan para tanta ficción. Novelas, series de televisión… suspicacias. Altamente rentables que, en el ámbito institucional, suponen un triunfo, éste para EU, porque llegar al arresto de cabezas de grupos criminales siempre son señal de la salud de los servicios de inteligencia; pero, ¿qué nos dice a los demás?
Horas antes de que conociéramos de la detención de Emma Coronel, en los límites de Jalisco y Michoacán, un helicóptero Black Hawk de la Fuerza Aérea Mexicana participó en un enfrentamiento con integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación. Una aeronave que en otros países usan sólo para la guerra, aquí se usan también para lo que no nos atrevemos a llamar así. ¿Cuántos años llevamos así? Nos sorprendió la masacre en San Fernando, pero ya tenemos el expediente de Camargo, muchos años después, la historia se repitió.
Ya dirá la justicia en EU cuál será el futuro de Emma Coronel, pero aquí, en México, poco nos dice su detención, porque la violencia, ésa que generaron grupos criminales, como el creado por El Chapo, no ha parado.