Con la ilusión de volver a encontrarse con sus hijos, Jaime Heriberto Barrientos Sáenz, partió a los Estados Unidos de América, de “mojado”, sin imaginar que ese viaje le cambiaría la vida de manera radical.
Heriberto, ya había vivido en la unión americana, donde formó una familia antes de su segundo viaje, el cual realizó en el año 2011, siendo detenido por las autoridades de migración en la ciudad de McAllen, donde se le sentenció a la pena de 6 años de prisión por reincidir en el cruce de la frontera de manera ilegal.
Heriberto comentó que durante su estancia en prisión todo marchaba normal, calificando como “un hotel de lujo” el lugar donde estuvo recluido por 6 años.
Al terminar su condena, Heriberto fue deportado hacia México por el cruce fronterizo Tijuana – San Diego (garita San Ysidro) con solo 18 dólares en la bolsa para su pasaje hasta la ciudad de Frontera, donde tiene su domicilio en la colonia Guadalupe Borja.
Sin embargo, al ser deportado en lugar de que regresar a Frontera, se quedó a vivir en Tijuana Baja California Norte, donde comenzó “la peor etapa de su vida viviendo en las calles”.
“Al principio se me hizo fácil, había fiestas y mujeres, me dediqué a lavar carros, pero todo es muy caro en esa ciudad, no me alcanzaba para comer” comentó, señalando que siempre intentó contactar a su familia, pero que, con el paso de los años en prisión, se le olvidaron números de teléfono, por lo que quedó prácticamente incomunicado.
Heriberto, pasó 4 años en situación de calle. Hace poco más de una semana, fue golpeado hasta dejarlo en muy malas condiciones, esto ocasionó que una persona no identificada se acercara a él, con la intención de ayudarlo, logrando contactar a sus familiares en ciudad Frontera
La esperanza de una madre
Mientras en el domicilio marcado con el número 907 de la privada Emiliano Zapata de la colonia Guadalupe Borja, una mujer de nombre María Sáenz, sentía que parte de su vida se les iba al no tener noticias de su hijo que partió a los estados unidos.
Comenzando una búsqueda interminable para dar con el paradero de su hijo, a 10 años de no verlo, durante el día sábado cuando salía de ver a otro de sus hijos, y viajaba en compañía de su hija Ericka Barrientos recibieron un mensaje, señalando que los andaban buscando.
Lograron contactar a Ericka, diciéndole que su hermano estaba vivo y que se encontraba en Tijuana, la noticia les cayó de sorpresa, no podían creer que después de 10 años Heriberto siguiera vivo, de inmediato se puso a verificar con los familiares para comparar fotografías y determinar si se trataba de su hermano.
Lograron identificarlo y buscaron la manera de contactar a la persona que les había enviado la información, logrando obtener datos sobre el paradero del fronterense.
De manera rápida comenzaron a solicitar apoyo para trasladarse a la ciudad de Tijuana, buscaron apoyo por todos lados, siendo Javier Castillo del club Rotario una de las tantas personas que escucho la solicitud de ayuda.
Por medio de Javier Castillo se logró la colaboración bilateral de los rotarios, México – Estados Unidos, Javier Castillo García por México y Fernanda Torres por el club Rotario de San Diego California.
María Sáenz relata que lograron conseguir todo para viajar y el domingo, a menos de 24 horas de recibir la noticia ya estaban en el aeropuerto internacional Mariano Escobedo, en Apodaca Nuevo León para emprender el viaje al encuentro con su hijo.
“Viajamos, queremos agradecer a Fernanda Torres, es una muchacha muy linda y con mucha bondad, siempre estuvo al pendiente desde que supo que íbamos, la verdad aún hay gente buena, de buen corazón, llegamos por la noche a Tijuana, el albergue lo cierran a las 7 u 8, pero a nosotros nos dejaron pasar, eran casi las 11”
Doña María señala que no solo albergaron a su hijo, si no a ella y a su hija Ericka quien la acompañó en el viaje, les brindaron techo y comida en un albergue contiguo a donde se encontraba Heriberto
Sentía que me moría
María Sáenz perdió la esperanza desde hace algunos años de encontrar a su hijo con vida, “Yo le guardaba luto a mi hijo, mi esposo quería poner música en la casa y yo iba y se la apaga”
A un mes de haber perdido a su esposo, María recupero a su hijo, señalando que en su lecho de muerte su esposo le pidió buscar a su hijo Heriberto, pidiendo que no se diera por vencida.
“Mi papá nos mandó a mi hermano” comentó Ericka quien nunca se cansó de buscar a su hermano por todos los medios posibles, siendo las redes sociales y la buena voluntad de un tijuanense artífices de lo que ellos consideran un milagro.
De regreso a casa
Tras cinco días en la ciudad de Tijuana, por fin emprenderían el vuelo de regreso a casa, María, Ericka y Heriberto, fueron acompañados por Fernanda Torres al aeropuerto internacional General Abelardo L. Rodríguez.
Abordaron el vuelo directo a la ciudad de Apodaca Nuevo León, ya más cerca de su ciudad natal, debido a la condición de salud en que se encontraba Heriberto, era necesario trasladarlo en una ambulancia o en un automóvil particular.
“Ahí estábamos tratando de conseguir ayuda para traer a mijo a casa, Javier Castillo nos recomendaba trasladarlo en una ambulancia, pero el costo era alto, no contábamos con dinero para pagar, un muchacho que trabaja de InDriver nos había llevado al aeropuerto cuando íbamos por él, ese mismo muchacho nos recomendó a un compañero suyo el cual nos trajo en su carro desde el aeropuerto hasta la casa, en verdad existen personas buenas, gracias a todos ellos” comentó María Sáenz, madre de Heriberto.
La madre de Heriberto, señaló que, al estar en el aeropuerto, Heriberto le pidió una hamburguesa, sintió algo de frustración al no poder comprársela, pero sacando dinero de aquí y de allá, entre su hija Ericka y ella lograron comprar el alimento que deseaba Heriberto.
Durante la charla que con Heriberto en su domicilio, comentó que le gustaría comer plátano y cereal, que es el mayor antojo que tiene de momento.
Por su parte doña María solo espera de la vida salud, para poder seguir adelante ayudando y disfrutando a sus 5 hijos.
