Por Mariana González
Esta vez, en lugar de darles la vuelta,
enfrenté todos mis miedos casi al mismo tiempo.
Los ordené en fila y uno a uno los fui tomando,
haciendo lo mejor que pude.
Y así, me di cuenta que me convertí en valiente,
en el rescatista, en la persona que esperaba
que el otro fuera para mí.
Gracias por leerme.
Gracias por existir.
Te amo.
MG
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