Por Juan Luis Morales
¡¡¡BUENOS DÍAS!!!
HABLEMOS DE HISTORIA
HÉCTOR ESPINO CONECTÓ 3 JONRONES EN UN JUEGO
Tres swings y tres jonrones. Y cada uno sobre cada una de las bardas de los jardines.
Héctor Espino, el “Tumbabardas” mexicano más notable de su época, puso un gran espectáculo aquella mañana del domingo 24 de marzo de 1964 en el Parque del Seguro Social al conectar tres palos de vuelta entera, en un juego con el que empató en ese entonces el récord de la Liga Mexicana.
Esta proeza fue registrada por Espino, esto en el segundo juego de la doble cartelera entre los Sultanes de Monterrey y Diablos Rojos del México.
Fue un encuentro que ganaron los regios por amplio marcador de 12 carreras a 1 y con el pitcher derecho Ramón López, quien lanzó juego de tan sólo tres miseros hits para alzarse con la victoria.
El mismo Espino consideraba esto como su máxima satisfacción. Conectar tres vuelacercas en un partido jugado en un estadio de lejanas bardas como el del Seguro Social, es ciertamente algo de mucha importancia.
La exhibición de este rey del trancazo mexicano, se inició en la tercera entrada cuando los Sultanes anotaron en seis ocasiones.
Tomaron amplia ventaja y tres de esas carreras, se debieron a un jonrón de Espino en contra del pitcher Eusebio Elizalde sobre la cerca del jardín derecho. Un inning más tarde Espino volvió a batear ahora contra el joven derecho Rafael Rodríguez.
Había un hombre en base cuando Espino se voló la barda, pero ahora por el jardín central para su segundo bambinazo del día. Con ese garrotazo los Sultanes tomaron ventaja de 8 carrera a 0.
Los aficionados solamente hablaban de Espino cuando volvió a la caja de bateo en la sexta entrada. Rafael Rodríguez seguía lanzando por los “Pingos” y nuevamente Héctor encontró un hombre sobre las colchonetas.
Y entonces conectó el mejor de los tres jonrones. La pelota salió disparada hacia las nubes y terminó pegando en lo más alto de los anuncios del jardín izquierdo.
Tres swings y tres jonrones. Espino fue felicitado efusivamente por el mánager del Monterrey Sungo Carrera, al doblar por la tercera base. Y los aficionados de ambos lados de dieron su mejor ovación.
Acababa de empatar la marca y seguramente tendría oportunidad de batear nuevamente.
Fue en el octavo inning cuando Héctor Espino regresó a batear y se llevó el aplauso de los aficionados que trataban de estimularlo para que llegara su cuarto jonrón del día.
Pero ahora estaba el pitcher derecho Ignacio Martínez por los escarlatas y para entonces los Sultanes tenían una gran ventaja de 12 carreras 0 en la pizarra.
Los fanáticos no se habían movido de sus asientos y es que todos querían ver la oportunidad de Espino en busca de su cuadrangular número cuatro del partido.
Espino trató de aprovechar el primer lanzamiento de Nacho Martínez, pero no le dio bien a la bola y salió un rodado por la antesala que resolvió sin problemas el gran Leonardo Rodríguez.
Héctor trotó de regreso a la caseta del lado de tercera y fue acompañado de los aplausos de los aficionados presentes, que de pie le tribulaba un gran premio a su gran hazaña.
Un jonrón sobre el jardín derecho, el segundo sobre la barda del central y el tercero por la pradera izquierda. Poder ilimitado para cualquier barda del diamante, una exhibición que solamente Espino podía dar en nuestro beisbol.
Ramón López desde el montículo sultán lanzó seis entradas sin hit ni carrera antes de aceptar un sencillo de Leo Rodríguez en la séptima. Despues en el octavo rollo los Diablos anotaron su única carrera con un palo de vuelta entera de Andy Rivera.
Monterrey ganó 12 carrera a 1 con los tres jonrones de Héctor Espino. Ya al final del encuentro se le preguntó al mánager Sungo Carrera sobre lo que había visto, Dijo. “Espino? Espino es algo que no tiene nombre” ….
Y así hay muchas historias y anécdotas sobre el mejor bateador mexicano de todos los tiempos. Cierto es que, para escribir sobre Espino, es necesario un libro de muchas páginas. Son muchos sus récords y hazañas.
En un encuentro en la Liga del Pacifico entre Guaymas y Hermosillo, el juego lo ganaban los Ostioneros 2-0, lanzaba Jesús Robles. Ya en la novena entrada el derecho sacó los dos primeros outs.
Después se envasaron los siguientes dos bateadores y que llega Héctor Espino a la caja de bateo, le ordenan darle la base intencional y en el cuarto lanzamiento Espino le batea y la manda de cuadrangular.
La bola rebasó los árboles que estaban detrás de la barda del estadio y por consecuencia el marcador final 3-2 a favor de Hermosillo. Así de grande fue HÉCTOR ESPINO….
Todo ser que respire, que alabe a DIOS. Recuérdalo siempre…
DIOS ME LOS BENDIGA…
¡¡¡HASTA LA PRÓXIMA…MIS FANÁTICOS…SI EL TODOPODEROSO…LO PERMITE!!!