ACAPULCO, Gro.- Cerca de La Diana llegó un autobús del que bajó la diputada local con licencia y aspirante a la candidatura de Morena a la alcaldía de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández, acompañada por seguidores y operadores políticos con bolsas llenas de teleras, jamón y hasta chicharrón.
Sin el menor rubor, en la batea de una camioneta comenzaron a preparar una de las antiquísimas dádivas de la clase política mexicana: las tortas.
Así se preparó la marcha que ayer encabezó Félix Salgado Macedonio para defender su candidatura a la gubernatura de Guerrero. Lo hizo acompañado de miles de personas que recorrieron de la Diana al Zócalo, sobre la Costera Miguel Alemán.
Esta fue, tal vez, la última oportunidad para mostrar su fuerza política antes de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) decida, el próximo martes, si le restituye o no la candidatura.
La marcha comenzó a las 10:30 horas; Salgado llegó de repente para colocarse en la vanguardia y todos iban a paso veloz.
Junto a él iba su esposa, María de Jesús Pineda, y algunas de sus hijas y nietos. Después se integró el secretario General de Morena en Guerrero, Marcial Rodríguez Saldaña. A la mitad, la diputada federal con licencia y candidata a la alcaldía de Acapulco, Abelina Rodríguez, célebre por confesar en plena tribuna de la Cámara de Diputados que una ocasión corrompió a un agente del Ministerio Público con 20 mil pesos.
Después, a empujones, se integró la diputada local Yolotzin Domínguez.
«Yo no organizo». Desde dos horas antes, la Costera se convirtió en el principal escenario de la disputa política en Guerrero. A las 10:00 horas, el grupo tomaba forma.
Llegó un contingente junto con una banda de viento y dos ataúdes negros. Los dos dedicados al presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova, con una leyenda: «INE corrupto».
Más adelante, iba una camioneta escenificando un ahorcamiento. El condenado: una piñata de Lorenzo Córdova.
En menos de una hora y media, la vanguardia de la marcha llegó al Zócalo del puerto. En el templete se notó a Salgado Macedonio ansioso por comenzar.
«Todavía sigue llegando contingente, pero ya tenemos que comenzar», apuró.
De entrada, Macedonio definió su estatus: «Esta marcha no la organizo yo ni Morena, yo no soy candidato, estoy aquí como un ciudadano», explicó.
Esta vez fue menos belicoso contra el INE, sin dejar de acusarlo. Denunció que el instituto tomó una actitud inquisidora en su contra.
«El INE nos anda hostigando, asediando, aquí están los del INE, están fiscalizando esta marcha, queriendo contabilizar a mi cuenta como candidato, pero yo no vengo como candidato, vengo como ciudadano, no vengo ni a pedir votos», acusó.
Denunció que el INE lo fiscaliza «fuera de lo normal», mientras que al candidato de «enfrente», en referencia al abanderado de la alianza PRI-PRD, Mario Moreno Arcos, no.
«El de enfrente, que va muy bajo en las encuestas, anda en avión, comen en buenos restaurantes, hace eventos en lugares lujosos, publicidad a diestra y siniestra, muchos espectaculares que no tiene el número de fiscalización del INE. Ya rebasó el tope de campaña en un mes y de allá no dicen nada», denunció.
Posteriormente, expresó su «confianza plena» en que el Trife le regrese la candidatura.
«Estamos esperando la resolución con mucha calma, entre hoy y mañana tiene que haber una decisión definitiva, pero confiamos porque ahí sí son abogados, no como en el INE, que sólo cuatro y los demás son ‘achichincles’ de los partidos», dijo.
Y volvió a lanzar su advertencia de los últimos días: «Después de que me regresen la candidatura vamos por el juicio político contra los siete consejeros».
Su discurso apenas duró 10 minutos. Al final del mitin se soltaron las cumbias y los seguidores comenzaron a bailar mientras quemaban las piñatas.
De la pandemia ni se habló, pues no hubo sana distancia y la aglomeración superó, por mucho, el aforo permitido.