Por Carolina Salomón
Don Pedro López Pérez ha sufrido durante toda su vida por una malformación, por años su pie izquierdo lo ha atado con cinta para tenis y garras a una férula hecha con pedazos de esponja y plástico para de esta manera apoyado con un bastón poder salir a las calles de la Zona Centra a pedir limosna para comprarse alimento.
El ancianito de 82 años de edad se encuentra en completo abandono, no solo tenía que pedir dinero para su comida pues sus hijos alcohólicos que vivían con él le exigían alimento y por temor a que lo agredieran los mantenía.
Hace ocho días lo dejaron porque se negó a seguir dándoles de comer y ahora él sigue vagando por las calles del centro de la ciudad para ver quien le ofrece un taco, le arroja una moneda a un vaso y le da un poco de agua.
“No he comido desde ayer (jueves), ahorita voy para los puestos de comida a ver si me dan un taquito o dos si no le doy para delante”, dijo.
Para el mediodía de ayer había reunido solo 30 pesos, prácticamente para pagar el transporte público que lo llevaría hasta la colonia Emiliano Zapata donde habita una casa en renta.
Teme que en unos días lo “eche” la dueña de la vivienda porque ya lleva semanas que no le paga la renta entonces tendrá que vivir en la calle.
Una vez tuvo una familia pero su mujer lo abandonó, vendió la casa donde vivían con sus tres hijos y no volvió a saber nada de ella.
Su malformación le impidió tener un empleo formal y solo pudo instalar su propia vulcanizadora pero hoy debido a su avanzada edad ya no puede ni trabajar mucho menos con su padecimiento pues hay días en que su pie le duele mucho y ni siquiera sale de su casa.
Don Pedro cuenta con una pensión que no le alcanza ni para comer por ello tiene que vivir de la caridad y a veces pepena.
Pidió ayuda de las autoridades pues no cuenta con seguridad social y necesita una consulta porque el dolor ya es intenso en su pie equino varo.