menú

Ciudad de Mexico

24°C
Few clouds

sábado 1 de marzo de 2025

>
>
>
>
>
Compensación tóxica

Compensación tóxica

Por Fernando de las Fuentes

Todo querer, es querer compensar algo

Alfred Aldred

Todos los seres humanos tenemos un sentimiento de inferioridad en cuando menos algún aspecto de nuestra persona. La vida en familia y en sociedad acarrea necesariamente una descompensación cuando nos comparamos o simplemente interactuamos con otros, puesto que el sistema de jerarquías plantea, por sí mismo una, superioridad de alguien más

No se diga en casa, en la infancia, cuando estamos completamente vulnerables ante la superioridad de nuestros padres, que en la mayoría de las ocasiones manejan su ventaja con gran irresponsabilidad, o cuando menos mucho desconocimiento de los efectos que tienen sus palabras, emociones, acciones y decisiones.

Así pues, todos tenemos por ahí una profunda y persistente sensación de desventaja frente a otros, en cuanto al talento, la inteligencia, destreza, belleza, posición económica o cualquier otro aspecto. E incluso varios o todos juntos.

Es muy probable que quizá solo nosotros conozcamos esa “marca”, y no la hayamos dejado manifestarse ante los demás, pues al fin y al cabo no es real. Es una percepción distorsionada, seguida por una mala interpretación, reforzada por una emoción negativa y, finalmente, convertida en una creencia errónea.

Efectivamente, no somos inferiores ni superiores a nadie. Somos diferentes, con distintas condiciones de vida, otra historia, características muy particulares, circunstancias muy personales, pero esencialmente iguales a los demás.

Sin embargo, en la creencia de que estamos en desventaja, la psique busca compensar esa condición, lo cual es sano. El problema viene cuando en lugar de subsanar, o simplemente aceptar sin más, ese aspecto en que nos sentimos inferiores, tratamos de encubrirlo, destacando en otra área, porque el sentimiento de inferioridad nos miente, nos oculta que, por lo pronto, estamos en la vida en un lugar, interior o exterior, en el que no queremos estar, pero tendríamos opción de movernos, y nos hace creer que somos menos, que esa es nuestra naturaleza, nuestro destino, y por tanto una condición insalvable.

Una trampa de la mente para autoboicotearnos, porque creer que somos menos siempre nos conecta con el pensamiento que solo ve obstáculos y problemas, no oportunidades y soluciones. Vivimos, así, en el fracaso y la frustración antes siquiera de comenzar cualquier cosa que quisiéramos hacer, y así corroboramos la inferioridad.

En cambio, darnos cuenta de que estamos, pero no somos, nos permite movernos, ir en pos de lo que deseamos, remontar nuestras limitaciones o convertirlas incluso en una ventaja, dejar nuestro sello personal en lo que hagamos, crear nuestras propias oportunidades.

No obstante, elegido, como en la mayoría de las ocasiones hacemos, el camino de la compensación mediante el ocultamiento de lo que a la larga haremos más notorio: que nos sentimos inferiores, ahondará nuestro sentimiento de que algo esencial nos falta, algo en que debiéramos dar el ancho nos falla.

Ya sea por la persistencia en el ocultamiento, inclusive para nosotros mismos, es decir, la fabricación del autoengaño, o porque nuestra carencia y nuestra herida de la infancia son muy dolorosas, vamos de la compensación incorrecta a la sobrecompensación, allí donde nos volvemos déspotas, fanfarrones, presumidos, egocentristas, maltratadores, agresivos y, claro, envidiosísismos.

La sobrecompensación, que desafortunadamente es más frecuentes de lo que pensamos, se caracteriza por buscar la superioridad, el poder y el dominio, pero en el fondo es un grito pidiendo ayuda y miedo a la vida, encubiertos en la soberbia y la arrogancia.

La sobrecompensación es una gran productora de adicciones. Ahí tiene usted una muy clara manera de detectarla.

La sobrecompensación también nos lleva a hacer todo lo contrario a lo que de niños nos hizo daño, o a ser contestatarios, rebeldes, y adoptar un estilo de vida que nos vuelva todo aquello que rechazaron quienes nos hicieron sentir inferiores en nuestra infancia. Y vamos por la vida muy enojados, arrastrando esa inferioridad, falsa por cuanto en nuestra adultez, y como decía Eleanor Roosevelt, “nadie puede hacernos sentir inferiores sin nuestro consentimiento”.

[email protected]

Más Noticias

Tregua en Gaza: Primera fase llega a su fin este sábado; aún sin resultados en negociaciones para nueva etapa
El cese el fuego temporal entró en vigor el 19 de enero después de más de 15 meses de conflicto en el enclave palestino La primera...
Exitosa campaña de esterilización de mascotas en Cuatro Ciénegas
Cuatro Ciénegas, Coahuila a 01 de Marzo del 2025.- Con la intención de fomentar el respeto y el cuidado responsable de las mascotas, el Alcalde...
Avión de FedEx se incendia tras despegue y aterriza de emergencia en Newark; no se reportan heridos
Caso se suma a la larga lista de accidentes aéreos que se han reportado desde comienzos de año en todo el mundo El motor de...

Relacionados

Premios Oscar 2025: Doja Cat, Lisa, Ariana Grande; artistas que cantarán en la gala
Hasta el momento, las presentaciones musicales estarán a cargo de...
Módulo de empleo de DUAL sigue abierto en Frontera
Frontera, Coahuila; a 1 de marzo de 2025.- La convocatoria...
Casa Blanca niega “emboscada” a Zelensky; lo culpa del enfrentamiento verbal contra Trump y Vance
«Tuvo un enfoque equivocado, en un momento histórico equivocado», dice...
Sigue trabajando con todo “Aquí Andamos”: Javier Díaz
Atiende programa “Aquí Andamos” infraestructura urbana de manera permanente Saltillo,...
Willem Dafoe, Amy Adams y Tom Cruise, entre los 10 talentos que nunca han ganado un Oscar
El refrán dice que ni son todos los que están,...
EU desplegará otros 2,000 militares en la frontera con México
De acuerdo con el Comando Norte de Estados Unidos, el...

Suscríbete

Inscribete a todas nuestras noticias y avisos.