Por Rocío de Jesús
Janeth Viridiana, tiene apenas 3 años de edad y ha dado muestra de gran valor y fortaleza, ya que de acuerdo al relato de su propia madre, es una niña feliz y fuerte, quien no se ha dejado vencer, ni por el cáncer ni por los comentarios negativos de sus vecinitos.
Roxana Mata, es madre de la pequeña, quien fue diagnosticada con retinoblastoma en el ojo derecho, cuando tenía un año y siete meses de edad.
Debido a la enfermedad, su ojito debió ser retirado ya que ya estaba afectado al grado de haber perdido la vista y se optó por una prótesis que deberá renovarse cada dos años.
A pesar de esto, el médico advirtió que a dos de cada 100 casos les puede resurgir el cáncer en la misma área o alguna otra.
Roxana mencionó que su hija le ha enseñado a ser fuerte, pues es una niña que no se ha dejado vencer, ni por la propia enfermedad, ni por el tratamiento que a muchos debilita y a ella no le ha quitado ni el apetito, así como tampoco por lo que los niños le dicen, cuando la ven sin su prótesis.
“Ella se defiende sola, porque yo le he explicado lo que le sucedió y cuando los niños le dicen algo, ella solita se defiende y no le importa lo que le digan, incluso la llevamos al sicólogo y me dijo que no necesita terapia, es una niña muy fuerte”.
Roxana mencionó que su hija le ha enseñado a ser valiente, pues si ella que es pequeña no se ha dado por vencida, como familia tampoco lo harán y la seguirán apoyando.
Jesús Alejandro Martínez Fierro, es un joven de 17 años, estudiante del COBAC Carmen Elizondo, se encuentra en tratamiento para combatir el cáncer testicular, diagnosticado desde octubre del 2019.
Aunque a Jesús intentaron ocultarle su enfermedad, se dio cuenta por un mensaje que su madre envió a una amiga.
A Jesús lo llevaron a consultar por un intenso dolor de espalda, pérdida súbita de peso, y agotamiento frecuente.
Sus análisis arrojaron que era un tumor cancerígeno, enfermedad que enfrenta con valentía.
“Asimilé las cosas, la enfermedad ya estaba así que no había otra opción que enfrentarla”.
Jesús reconoce que hubo un momento en que lloró mucho por pensar en que podía morir, ya que el dolor era tan fuerte que lo hacían pensar que no lo superaría, sin embargo ya pasó año y medio y está fuerte y con esperanzas.
“Esto me ha ayudado a valorar mi vida y a mi familia, que siempre han estado conmigo”.