Por Carolina Salomón
Hace un mes, Raúl Armando “N” amenazó a su madre con matarla, por eso ella decidió abandonar la casa y vivir con sus familiares en el municipio de Frontera, no sin antes advertir a algunos de sus vecinos que sí veían algo anormal dieran avisó a la policía porque su hijo no estaba bien de sus facultades mentales.
Isidra Pérez Sandoval, contó que conoció a María Enriqueta Menchaca, mamá del homicida, solo un predio baldío separa sus viviendas pero no escuchó ningún ruido y hasta el domingo a mediodía se enteró de que Raúl había matado a José Emilio García conocido como “Pepito”.
La mujer ayudó a doña Isidra cuando se le quemó la casa, de ahí empezaron a tener buena comunicación y una vez le contó que su hijo la había golpeado.
“Pensamos que a ella había asesinado porque ya la había amenazado que la iba a matar, pero hace un mes se salió de la casa por miedo y ahorita está viviendo en Frontera con unos familiares, porque se había ido a Estados Unidos la semana pasada”, dijo.
Mencionó que el asesino salía muy poco de su casa, en ocasiones lo veían comprando agua otras veces en la tienda e incluso el sábado en la noche compro una hamburguesa en un puesto de comida muy cerca de su domicilio.
“Ella (Enriqueta) advirtió que cuando viéramos algo anormal con su hijo luego, luego le habláramos a la policía, pero le digo que casi no salía siempre estaba adentro, el muchachito (José) siempre asistía por la orilla de la cerca pero no era maldoso, sí se drogaba pero era muy buen muchacho”, señaló.
RAÚL LE PIDIÓ A SU PAPÁ QUE FUERA A TIRARLE LA BASURA
Raúl le habló a su padre para que le tirara la basura, sin embargo, se trataba del cuerpo de Pepito que estaba destazado en una caja de herramientas.
“Cómo no tenía carro por eso le habló al papá, él vivía solo porque la mamá se la pasaba en Estados Unidos o en Frontera, pero ella antes de irse nos dijo que tuviéramos cuidado porque su hijo no estaba bien de la cabeza porque tiene una enfermedad”, indicó Isidra.