El Presidente muy normal, sin aflicción visible. La Jefa de Gobierno desencajada, cabizbaja, notoriamente cansada. El Canciller inquieto, nervioso.
Minutos antes de las 7:00 horas, a menos de 10 horas del trágico accidente en la Línea 12 del Metro, los tres entraron vestidos de negro al Salón Tesorería de Palacio Nacional.
«Vamos a informar sobre el lamentable accidente en la Línea 12 del Metro, que costó la vida a varias personas», arrancó el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
«Es una triste noticia, enviamos nuestro pésame a los familiares de las víctimas de este accidente», agregó en medio de un absoluto silencio como de funeral.
Sin que la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, hubiera dado algún reporte o fijado su postura, el Presidente ya la había respaldado.
«La postura del Gobierno de la Ciudad la respalda el Gobierno federal acerca de lo que procede en este lamentable caso», sostuvo López Obrador sin evidenciar desánimo o pesar.
Antes de dar la palabra a Sheinbaum, el Mandatario federal adelantó que habría un espacio para preguntas sobre el incidente y que, después, la mañanera transcurriría de manera normal.
La Jefa de Gobierno actualizó los datos: 23 personas muertas y 79 personas hospitalizadas.
Sheinbaum estudió su discurso y no se salió de él: todos los días se da mantenimiento; se hizo una revisión estructural en 2020; no debemos especular; hay que esperar a los peritajes.
¿Ha fracasado ese mantenimiento?, se le preguntó.
«No podemos especular hasta que no tengamos los peritajes», dijo.
¿No tendría que haber ya algún tipo de responsabilidad independientemente de los peritajes?, se le insistió.
«Tenemos que saber cuáles fueron las causas para saber exactamente quiénes son los responsables», recalcó.
Uno de los funcionarios señalados, el Canciller Marcelo Ebrard, se mostraba inquieto a unos metros del Presidente y de la Jefa de Gobierno.
Veía constantemente su celular, apretaba un folder con documentos y se sentaba de lado hasta que tocó su turno:
«Decirte que el que actúa con integridad no debe tener temor a nada, por eso yo digo: el que nada debe, nada teme» soltó el ex Jefe de Gobierno de la CDMX.
«Pero yo estoy sujeto, como todos, pero más como un alto funcionario y como quien promovió la construcción de la Línea, estoy sujeto a lo que determinen las autoridades», añadió.
Sereno, López Obrador anunció una investigación «a fondo y sin miramientos de ninguna índole» sobre el colapso de una trabe de la Línea 12 del Metro en la Alcaldía de Tláhuac.
El Presidente se mantuvo sin agobio antes y después de los 32 minutos que se habló del accidente; la Jefa de Gobierno siguió alicaída; y el Canciller siguió intranquilo.
Un ambiente de pesar como el se percibió este martes en Palacio no se había observado desde enero de 2019, cuando estalló un ducto de Pemex en Tlahuelilpan, Hidalgo, que dejó 73 muertos.
Fue hasta que después de las 9:00 horas que López Obrador escuchó las notas del Himno Nacional durante la ceremonia de recepción del Presidente de Guatemala, cuando se apreció la tristeza en su rostro.