Además de la Línea 12, las A, B, 1 y 2 necesitan atención inmediata por parte del Metro, aseguró en entrevista Jorge Gaviño, ex director del Sistema de Transporte Colectivo (STC).
«La línea A es una línea férrea, está sobre un terreno que se hunde de una manera diferenciada, hay terrenos de transición. Es un asunto que se tiene que estar dando mantenimiento permanente por el movimiento de los trenes», explicó Gaviño.
Agregó que en esta hay un bomboleo extraordinario en una zona, el cual se tiene que atacar por la noche para que al día siguiente no haya problemas.
«La Línea B que también atiende al Estado de México y un gran flujo de personas. La Línea 2, que es muy usada y una línea muy noble, pero que mueve a una gran parte de los usuarios y le falta atención. La Línea 1 a la que ya se le están destinando recursos porque es la más antigua. Habría que ver cómo se van atendiendo de una manera equilibrada», apuntó.
Explicó que, cuando él recibió el Metro, había 11 estaciones sin funcionar en la Línea 12 y cinco más en la línea A.
«Había un proceso muy acelerado de las vías, una falla de las instalaciones fijas, que se desgastaban muy rápido.
«Se estaba trabajando para reparar todo el sistema de vías. Se cambiaron los peraltes, el balasto, la suspensión de los trenes, una serie de trabajos que se estuvieron haciendo», afirmó.
En el caso de la Línea 12, aseguró Gaviño, se debía hacer una revisión diaria, quincenal y mensual de la infraestructura, al ser un caso especial al del resto de las líneas.
«Revisar que las trabes estén en su lugar, estén fijas, que no existan vibraciones muy fuertes de las propias soldaduras, que no se fleche sobre todo.
«Que al paso del tren tiene que recuperar su postura original no quedarse un poco más abajo, debe tener una elasticidad adecuada y recuperar su forma», dijo sobre el trabajo que debía realizarse y que él supervisaba de manera constante.
Detalló que, en el caso de esta ruta, la única anomalía que hubo durante toda su Administración fueron algunos daños detectados tras el sismo del 19 de septiembre de 2017.
Todo fue reparado en tiempo y forma, afirmó.
«Se encontró que había un daño en una columna, el pilar 69, un daño estructural y después de registrarlo se determinó que había deficiencias en el proceso constructivo de origen; motivo por el cual, por ese defecto de fabricación más el sismo, tuvo un daño de estructura esa columna», dijo el ex director del Metro.