El gobernador de Texas, en el sur de Estados Unidos, firmó el miércoles una ley que prohíbe el aborto después de las seis semanas de embarazo, como parte de una ofensiva liderada por estados conservadores contra el derecho a la interrupción de la gestación en el país.
«La ley garantiza que todo niño por nacer con latido del corazón se salvará de los estragos del aborto», señaló el republicano Greg Abbott, al promulgar el texto, que no prevé ninguna excepción en casos de incesto o violación.
Antes de Texas, una docena de otros estados, incluidos Luisiana y Georgia, también aprobaron leyes para prohibir los abortos tan pronto como los latidos del corazón del feto sean perceptibles, alrededor de la sexta semana de embarazo, cuando aún muchas mujeres ignoran que están embarazadas.
Todas estas leyes han sido invalidadas en los tribunales, porque violan la jurisprudencia de la Corte Suprema de Estados Unidos que reconoce el derecho al aborto siempre que el feto no sea viable, es decir, hasta entre las 22 y 24 semanas de gestación.