Por Fabiola Sánchez
El alma de “Barsobas”, joven que perdió la vida hace ya 30 años, merodea en Casa de las Artes, personal que labora en este emblemático edificio platicaron sus espeluznantes historias que han presenciado y a las cuales ya se han acostumbra a vivir durante sus jornadas laborales.
Teresa Escobar Canales se desempeña en el área de limpieza en Casa de las Artes donde lleva laborando ya 4 años y además es vecina de este lugar, siendo ella misma a quien le tocó presenciar el asesinato de un joven en lo que esto antes era un edificio en abandono.
“Hace como 30 años este edificio estaba abandonado y era un nido para los malvivientes, aquí los jóvenes se reunían para drogarse y emborracharse y entre ellos “Barsobas”, él era un joven que a pesar de sus vicios era muy amable y alegre”.
En detalles que nos proporcionó la entrevistada resaltó que ese lugar hace muchos años fue utilizado como un orfanato y después quedo deshabitado y olvidado, por lo que los fue tomado como un escondite para los maleantes.
Mencionó que ella en lo personal conoció a este joven quien tenía aproximadamente 21 años de edad y por su vicio de drogadicción su familia lo hechó a la calle posesionándose de este lugar, hasta donde sus amigos de vicio llegaban a visitarlo.
“Parece ser que ese día que lo mataron él había discutido con otra persona y ya entrados en la droga comenzaron a pelearse, nosotros los vecinos solo escuchábamos la discusión y hasta ya de rato vimos muchas patrullas aquí”, así detalló ante los hechos violentos que ahí se vivieron.
Expresó que es día quienes presenciaron la escena del crimen quedaron atónitos ante la brutalidad con la que le arrebataron la vida al joven.
Ya pasados los años el edificio fue rehabilitado y utilizado por el Gobierno Municipal, haciendo de él lo que hoy es Casa de las Artes, dijo que cuando ella ingreso a trabajar a este lugar sus compañeras le comentaban que pasaban cosas extrañas y se escuchaban muchos ruidos en el lugar.
La empleada de limpieza quien conocía y presenció esos hechos, dijo que rápidamente cuando le comentaron lo que sucedía, ella recordó esa escena terrorífica de la muerte de Barsobas y sabía que era su alma la que merodeaba este lugar.
“Al principio si tenía miedo, porque cuando llegaba por las mañanas en el lugar donde lo encontraron muerto (sala 7 de la planta alta), tenían un piano y se escuchaba que tocaba, obviamente yo pensaba que era alguien que se había metido y le dije al guardia, pero el muy tranquilamente me respondió que no, que eso pasaba siempre”.
“En ocasiones era el piano, después cuando estaba en la planta alta trapeando vi a mi lado una sombra que me seguía, pero no me dio miedo, al contrario le salude y le dije aquí andas de tras de mi Barsobas”.
Lo que es para todas las personas hechos espeluznantes, para Teresa es ya algo común a lo que se ha acostumbrado a presenciar diariamente junto a sus compañeras que laboran en este edificio.
“Una vez que terminé mis labores de limpieza, me senté en la planta baja a platicar con la secretaria y el guardia, cuando todos al mismo tiempo sentimos la mirada de alguien como si estuviera asomándose por pasamanos, voleamos hacia arriba y no había nadie, el guardia subió y la puerta de esa sala se azoto muy fuerte”.
Otro de los sucesos que ha vivido, dijo que cuando la puerta de ese cuarto está cerrada al intentar abrirla se siente una fuerza que la empuja y no le permite abrir, hasta que hace varios intentos.
Estos escalofriantes hechos no solamente han sido presenciados por los empleados del lugar, sino que señaló que los vecinos aledaños han comentado que ellos también han visto y escuchado cosas extrañas.
Por ultimó la Directora de Arte y Cultura Bárbara Izaguirre quien también ha escuchado y visto este ente merodear por el edificio, dijo que se les ha complicado encontrar guardias que vigilen en la noche, ya que cada que ingresa uno nuevo al presenciar algo paranormal ya no regresa al siguiente día a laborar.