Francisco Briseño, uno de los mineros que quedó atrapado este viernes en el pocito de carbón ubicado en el ejido Rancherias, del municipio de Múzquiz en noviembre de 2019 denunció ante el Ministerio Público la falta de pagos por parte del empresario originario de Sabinas, Gerardo Nájera.
Durante ese año, laboraban en la mina al menos 20 personas, Francisco Briseño junto a su compañero de trabajo Carlos Amaya llegaron al municipio de Múzquiz de “rait” para interponer la denuncia, en el que Gerardo Nájera, propietario de la mina argumentó que el lugar no tenía carbón, razón por la que no podía pagar a sus empleados.
Los trabajadores en ese momento también argumentaron que había más mineros con irregularidades de pagos en pocitos de Barroterán y en Rancherías, aunque en ese momento se pudo llegar a un acuerdo con los trabajadores.