Se cumple el quinto día de labores de rescate en la Mina Micarán, de la comunidad Rancherías; el saldo hasta este martes 8 de junio, es la recuperación de los cuerpos de cuatro mineros y sigue la lucha incansable para sacar a los otros tres que continúan en donde fue su último centro de trabajo.
El gran esfuerzo es de todos, especialistas y autoridades, pero sin embargo, la labor que realizan los mineros que ya laboraban en esta mina hasta el día que colapsó, ha sido titánica.
“Los rescatistas voluntarios, arriban al lugar en sus bicicletas o a pie, con su casco, en pantalón corto, botas de hule y camiseta, quienes tienen que llegar de noche, en su modesto transporte, traen una tenue luz que es su única seguridad al manejar o la lámpara de su casco”.
Muchas historias han surgido en torno a los trabajadores mineros que sucumbieron a la tragedia, angustia a diario se vive por parte de las familias de quienes siguen atrapados.
Quienes ya conocieron la suerte de su ser querido, ya le dieron cristiana sepultura y por los que siguen abajo de las entrañas de la tierra, aquí afuera se sigue rezando y la ayuda sigue llegando a diario, con equipo, maquinaria y equipo humano.
Los militares y la Guardia Nacional siguen a cargo del portón principal, al interior solo ingresan quienes entran a dejar comida preparada para los rescatistas y agua o refrescos; los funcionarios de la FGE, de Conagua, de la CFE, de la empresa Minosa; los carros fúnebres que ya esperan cerca de la boca mina, y ambulancias.