Luis tiene las defensas bajas y padece retraso psicomotor, pero fue el único alumno del grupo de primero A de la Primaria Benito Juárez, en Ecatepec, que se presentó a clase presencial.
Aún con la preocupación de contagiarse, al pequeño de seis años le ayuda tener interacción y clases focalizadas con su profesora Jazmín.
En la escuela ha superado problemas de lenguaje, arrastrar los pies o temblar cuando caminaba.
Padres y docentes de la primaria determinaron que no hay condiciones para que los 927 alumnos, que hay en dos turnos, regresaran a clases presenciales.
Los motivos sobran. Varios de los padres de familia han perdido a algún pariente víctima del Covid-19, además de que el plantel tiene carencias, como la falta de agua.
«Sí le hace falta (asistir a clases), por lo mismo que es un niño con retraso, le hace falta diario estar haciendo lo mismo, aprendiendo para que él retenga.
«Viene una, dos veces a la semana, pero no diario, por lo mismo de la falta del agua», narró Norma, mamá de Luis.
A solicitud de los padres, en esta semana 10 de los alumnos han ido a los salones para que los profesores les den asesorías y clase durante hora y media.
El bullicio de los pequeños ahora contrasta con el silencio en la escuela, ubicada en la Sierra de Guadalupe.
Durante la pandemia, seis de los 35 profesores de la plantilla se infectaron.
Para protegerse de un nuevo contagio, los profesores han pagado de sus bolsillos artículos para tener en los salones, tales como oxímetros, termómetros, gel antibacterial o tapetes sanitizantes.
Dolores Tejeda, directora de la primaria y coordinadora del Movimiento de Escuelas y Centros Comunitarios, explicó que otros 22 planteles mexiquenses que pertenecen a la organización también padecen escasez de agua.
«No habría el agua suficiente. Lavar las bancas, los pisos se hacía cada ocho días, por eso es que nosotros requeríamos el agua como un elemento imprescindible y para un regreso, entre comillas, seguro a clases», comentó Tejeda.