Moody’s bajó de Ba2 a Ba3 la calificación de emisor de Nuevo León y redujo de Baa1 a Baa2 las notas de deuda de un total de nueve créditos respaldados del Estado, debido a un deterioro de la liquidez que limitaría su capacidad en los próximos 12 a 18 meses.
Además, la calificadora disminuyó su evaluación del riesgo crediticio base (BCA, por sus siglas en inglés) también de Ba2 a Ba3.
«La baja de las calificaciones de emisor y de la BCA refleja un aumento de los déficits operativos y financieros recurrentes del Estado que ha llevado a un deterioro de la liquidez, además de la expectativa de Moody’s de que estos indicadores crediticios clave no se recuperarán a niveles previos a la pandemia en los próximos 12 a 18 meses», señaló la agencia en un comunicado.
Refirió que, entre 2016 y 2019, los déficits operativos brutos de Nuevo León promediaron 5.5 por ciento de los ingresos operativos y los déficits financieros 3.5 por ciento de los ingresos totales. En 2020, estos déficits se profundizaron y alcanzaron 13.2 y el 9.2 por ciento, respectivamente.
«Como resultado, la liquidez medida por medio de la razón de efectivo a pasivo circulante disminuyó a 0.22x en 2020 desde 0.54x en 2019. La liquidez y los balances operativos brutos ya no son acordes a la mediana de los pares mexicanos calificados en Ba2 de 0.5x y 4.7 por ciento de los ingresos de explotación, respectivamente», explicó.
Moody’s espera que, como resultado de las continuas dificultades fiscales que enfrenta Nuevo León ante la actual pandemia, los balances operativos brutos negativos y los requerimientos financieros sigan manteniendo el nivel actual de liquidez durante los próximos uno a dos años.
En 2020, como consecuencia de la pandemia, los ingresos operativos de Nuevo León disminuyeron 0.8 por ciento y sus ingresos totales se estancaron. Asimismo, los gastos operativos aumentaron 7.4 por ciento, impulsados principalmente por mayores gastos sanitarios relacionados con subsidios, materiales y servicios de personal.
«Si bien el Estado ejerció control sobre sus gastos de capital y reasignó otros gastos operativos, registró un alto déficit financiero. Este déficit fue cubierto parcialmente con nueva deuda de largo plazo, lo que dio lugar a una disminución del efectivo y a un aumento del pasivo circulante.
«El debilitamiento de la liquidez de Nuevo León limitará su capacidad para manejar eventos inesperados durante un período de recuperación todavía difícil», advirtió la calificadora.
Respecto a los créditos, el primero es uno respaldado por mil 500 millones de pesos en valor nominal original de Citibanamex con vencimiento a 20 años y una afectación de 4.1 por ciento de los ingresos del Fondo General de Participaciones del Estado.
Tres créditos son con Banco del Bajío: uno por mil millones de pesos con vencimiento a 25 años y una afectación de 2.2 por ciento de los ingresos del Fondo General de Participaciones del Estado, otro por 500 millones con vencimiento a 20 años y una afectación de 1.1 por ciento de los ingresos del Fondo de Participaciones, y uno más por 400 millones con vencimiento a 20 años y una afectación de 0.85 por ciento de los ingresos.
Otros tres créditos corresponden al Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras): uno por 5 mil 6 millones de pesos con vencimiento a 20 años y una afectación de 6.16 por ciento de los ingresos del Fondo General de Participaciones del Estado, otro por mil 400 millones con vencimiento a 20 años y una afectación de 1.83 por ciento de los ingresos, y uno más por mil 73 millones con vencimiento a 20 años y una afectación de 1.4 por ciento de los ingresos.
Finalmente, los últimos dos créditos castigados son uno de BBVA por mil 414 millones de pesos con vencimiento a 15 años y una afectación de 4.81 por ciento de los ingresos del Fondo General de Participaciones del Estado, y uno de Banorte por 8 mil 852 millones con vencimiento a 20 años y una afectación de 13.85 por ciento de los ingresos.
«La baja de los nueve créditos respaldados refleja la baja de las calificaciones de emisor de Nuevo León», acotó la calificadora.
«Según la metodología de Moody’s para calificar créditos respaldados en México, las calificaciones de los créditos están directamente relacionadas con la calidad crediticia del emisor, lo que garantiza que los riesgos subyacentes a la ejecución de contratos, los riesgos económicos y los riesgos de cultura crediticia (para los cuales la calificación de emisor actúa como aproximación) estén reflejados en las calificaciones de créditos respaldados».