Al hablar de hombres con una gran trayectoria y reconocidos en la ciudad por su trabajo, no puede faltar «El caballero de la crónica» Jesús Lara Vega, quien gracias a su desempeño ha obtenido reconocimientos por su labor frente al micrófono.
En diciembre 2012 recibió el reconocimiento «Fray Nano» por 35 años o más en la crónica deportiva por parte de la FEMACRODE (Federación de Cronistas Deportivos) en la ciudad de México, el club Astros le realizó un reconocimiento por 40 años en la locución y 38 en la crónica deportiva, donde adquirió el mote del «Caballero de la Crónica» por su manera singular de narrar los encuentros de beisbol del equipo de sus amores, los Acereros de Monclova.
Pero, ¿Cuál fue la motivación para poner empeño y entregarse por completo a su trabajo?, su familia.
Padre de tres hijos, Jesús Rafael, Luis Armando y Orlando Gabriel, a los cuales ama sin medida.
Jesús, comentó que gracias a sus 48 años de trabajo en radio y 38 en la crónica deportiva, logró dar estudio a sus hijos, logrando que todos terminaran su carrera universitaria.
Casado desde los 24 años con María Elena Aguilar Oyervides, relata que estaba trabajando en la radio XEWQ, en el año de 1979 cuando 10 minutos antes de las cero horas, le llamaron que ya había nacido su primer hijo, Jesús Rafael.
«Llegó con torta bajo el brazo, después de colgar la llamada donde me avisan que nació Jesús Rafael, recibo una llamada de José de los Reyes Rodríguez padre, gerente la XEMF para ingresar como locutor de base sindicalizado y además como jefe de cobranza», comentó.
Para «El Caballero de la Crónica» el ingresar a la XEMF fueron las bases para poder sacar adelante a su esposa y su primer hijo, pero la historia de la familia Lara Aguilar estaba por comenzar.
Dos años después, en 1981 llegaría un segundo hijo, Luis Armando, de quien señaló fue con quien más batalló, pero no por ser mal hijo, si no por problemas cotidianos de la vida diaria.
Por en el año de 1985 llegó su tercer hijo, Orlando Gabriel, con el cual comentó que despidió a la cigüeña.
«Después de ingresar a la MF mi suerte cambió, llegó mi buena racha, siempre hay altas y bajas, tropiezas y alguna piedra en el camino, pero, nunca me rendí, siempre busqué salir adelante por mi esposa, por mis hijos, gracias a Dios lo logré, amo mi trabajo, me apasiona estar frente al micrófono».
«Chuy», como lo conocen sus amigos, se considera amante de la buena música, ahora laborando en la actual administración de la localidad como maestro de ceremonias, sigue dando su entrega al 100 por ciento en cada evento, con su voz seria y su toque formal sin igual, sigue adelante, siendo un orgullo para su esposa sus hijos y sus 5 nietos.
«Ninguno de los tres heredó la pasión por la locución, todos tienen su carrera, lo que sí heredaron fue el amor por el beisbol, al igual que yo, somos apasionados del rey de los deportes, del equipo de casa, mi furia azul», finalizó.