Un aficionado con una bandera del arcoíris brincó al campo de juego durante el Himno de Hungría antes de enfrentar a Alemania, en su último juego de la Fase de Grupos.
La persona corrió con la bandera extendida pero fue rápidamente tacleada frente a los jugadores que se encontraban alineados en la ceremonia previa al duelo.
Mientras era sacado del campo, chiflidos y aplausos llenaron el estadio de Múnich, lugar que no tuvo autorización por la UEFA de iluminarse de colores como muestra de solidaridad con el colectivo LGTB.
La UEFA rechazo la petición, alegando que estaba obligada a la neutralidad política y que la petición se refería específicamente a la nueva legislación húngara, considerada discriminatoria con los homosexuales.
La decisión del organismo ha generado duras críticas, entre ellas del alcalde de Múnich, Dieter Reiter, quien la calificó de «vergonzosa», y optó por una serie de acciones ante el hecho de no poder iluminar al estadio, debido al contrato que tiene la ciudad con la UEFA para los partidos de la Eurocopa
La primera señal clara se vio desde las horas de la mañana con banderas arcoíris que adornaban el ayuntamiento en la Marienplatz de la capital bávara.
Paralelamente varias ONGs habían repartido pequeños banderines con los colores del arcoíris, algunos de los cuales se vieron en las tribunas.
Más tarde se iluminaron con los colores del arcoíris varios edificios, entre ellos la torre de la Villa Olímpica, así como un molino de viento que normalmente se puede ver claramente desde la Allianz Arena aunque este miércoles la lluvia y el mal tiempo no ayudaron
El Gobierno alemán había declarado «innegociables» los valores representados por los colores arcoíris que, dijo, son el respeto a la dignidad humana y el rechazo de toda forma de discriminación.