Diego Armando Maradona vive por siempre en el Estadio Azteca, más aún con el mural que hoy se inauguró en el inmueble y que recrea tres de sus estampas más icónicas durante el torneo.
Un 29 de junio de 1986, el 10 levantaba el trofeo del Mundial tras la victoria 3-2 sobre Alemania, partido en el que él asistió a Jorge Luis Burruchaga en la tercera anotación.
Pero Maradona ya era una leyenda mucho antes de aquella tarde.
En el mural del Estadio Azteca, ubicada en la explanada interior ubicada en el lado de Calzada de Tlalpan, destaca la imagen de Maradona con un sombrero de charro, basada en la fotografía para la revista El Gráfico.
No podía faltar, por supuesto, el futbolista levantando la Copa del Mundo, tras un desempeño brillante no solo como asistidor sino incluso como autor del gol ante Italia y de sendos dobletes contra Inglaterra y Bélgica. El caudillo alzó la mano.
Sin duda, la estampa más icónica y que no podía faltar en el mural, inaugurado por la Embajada Argentina en México, es aquella que alude al gol del siglo, aquella acción en la que en 10 segundos Diego Armando Maradona sembró a cuanto inglés se le cruzó en el camino antes de superar al quinto de ellos, nada menos que al portero Peter Shilton, en la jugada de todos los tiempos, el ya clásico «barrilete cósmico» que acrecentó su leyenda.