Al Presidente Andrés Manuel López Obrador le comían las ansias por tomar un bate y «macanear» en la reinauguración del nuevo estadio del Municipio de San Luis Río Colorado, en Sonora.
Pero el Mandatario resultó ponchado con bolas fáciles y por un político de su partido, el Presidente Municipal de extracción morenista, Santos González.
López Obrador llegó a esta ciudad fronteriza para presumir la ampliación del nuevo estadio municipal, que costó al Gobierno federal 57 millones de pesos.
El estadio, construido el sexenio pasado, fue entregado desde el año pasado a las autoridades locales, pero aún no es sede de algún equipo profesional.
Acompañado de la Gobernadora Claudia Pavlovich y el Gobernador electo, Alfonso Durazo, López Obrador lanzó una «curva» a sus detractores.
«Estoy en un estadio de béisbol y me dan ganas de agarrar un turno o un bate y practicar un poco. Porque es un buen deporte», dijo.
«Y además cuando me tiran la pelota a veces veo en ella algunas caritas y macaneo más fuerte», agregó el Presidente, pero sin personalizar el lanzamiento.
Sin mencionar a su antecesor, López Obrador reconoció que al llegar al poder el estadio de San Luis Río Colorado ya estaba terminado en una primera etapa.
«No queremos ponernos etiquetas que no nos corresponden, no queremos presumir con sombrero ajeno, (…) pero faltaban gradas y se concluyó», destacó.
«Está uno aquí en este estadio y es algo bien hecho, bien construido, como lo merece el pueblo y ya termino porque quiero ir a dar un batazo».
Fuera de programa, caminó hacia el «diamante» junto con Durazo y Pavlovich para una práctica de bateo, con el bate que le regaló González al inicio del acto.
Primero tocó el turno a Pavlovich, quien atinó a la segunda oportunidad y hasta saltó cuando conectó la bola.
Después pasó Durazo, quien conectó a la primera oportunidad.
El pitcher fue el Alcalde, quien a todos lanzó «bombones» a corta distancia y sin velocidad.
El último en pasar fue López Obrador, quien ha presumido que batea por arriba de 300 y suele subir videos practicando béisbol en la Ciudad de México.
¿A quién se imagina Presidente?, le preguntaron a la distancia desde la zona donde quedaron los reporteros.
«A los machuchones», dijo López Obrador, sonriente, antes del primer lanzamiento, en alusión a las «caritas» de su discurso.
El Jefe del Ejecutivo bateó de strike en los primeros tres lanzamientos, se ponchó. Sin embargo, le lanzaron otras dos bolas.
La primera la dejó pasar, bola, y fue hasta el quinto lanzamiento que pudo conectar una bola por la tercera base.
López Obrador terminó la práctica de bateo firmando pelotas de béisbol.